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Una mujer maltratada denuncia que quieren quitarle la custodia de su nieta

Los vecinos de Son Gotleu se han solidarizado con Cipriana Rodríguez, una mujer de 55 años que cuida de la niña desde 1997

En las fotos aparece la niña, junto a su familia, con la cara distorsionada para evitar su identificación. Foto: A. SEPÚLVEDA.

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«¿Quién puede cuidar mejor que yo a María José? Desde que salió de la incubadora del hospital fui yo quién me hice cargo de ella, no sólo como abuela, sino como madre. Durante estos tres años no le ha faltado de nada y ahora me comunican que me van a retirar la custodia porque voy a cumplir 56 años y porque he tenido problemas con mi compañero, que me maltrataba». Cipriana Rodríguez es una vecina de Son Gotleu que está en pie de guerra desde que le comunicaron que iba a perder la custodia de su nieta, de tres años de edad. Los vecinos de Son Gotleu consultados ayer por este periódico confirmaron la versión de la pensionista y la calificaron de una «excelente abuela». La mayoría coincidió en que era una madre para la pequeña María José y mostró su rechazo a que se le retire la custodia.

La pequeña fue creciendo en un ambiente familiar, sin grandes ostentaciones pero sin que nada le faltara. El único obstáculo para que la felicidad de Cipriana fuera completa era su relación conyugal, que estaba muy deteriorada. Sin embargo, el verdadero problema llegó en julio del año pasado, cuando Cipriana acudió a las instituciones para subsanar unas deficiencias en los papeles de la custodia de la pequeña María José.

El caso se embrolló aún más cuando Cipriana acudió al cuartel de San Fernando para presentar una denuncia por malos tratos. «Hablé con el psicólogo y le conté todo lo que había pasado. Una cosa es que sea víctima de la violencia doméstica y otra que sea una mala abuela. Me dijeron que debía ir a un centro de acogida para mujeres maltratadas y aunque no entendí mucho la medida no me negué porque pensé que sería peor para María José». La mujer y su nieta se desplazaron al centro especial y allí, según Cipriana, le dispensaron un trato vejatorio. La abuela se entrevistó de nuevo con los asistentes sociales y le comunicaron que era conveniente que María José creciera con un matrimonio joven.

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