Los investigadores creen que el magrebí hallado sin vida en una casa en reformas de la calle Joan Bauçà pudo caer accidentalmente sobre un fuego con el que estaba calentado comida, aunque de momento se está a la espera de los resultados de la autopsia, que se realizará hoy.
El cuerpo sin vida del trabajador de la construcción se encontraba boca arriba, sobre una plancha de «porespán» y con la cabeza destrozada. Gran parte del cadáver estaba carbonizado, de ahí que en un principio se sospechara que se trataba de un homicidio. El primero en entrar fue un policía local que forzó la puerta, que estaba cerrada por dentro. Este detalle también parece alejar la hipótesis de un crimen. Junto al cadáver había dos ladrillos, y uno le había reventado la cabeza.
Empero, una de las principales hipótesis del Grupo de Homicidios es que la víctima, tras encender el fuego, cayó de espaldas y le volcó sobre el cráneo uno de los ladrillos. Luego pudo quedar inconsciente, sobre las llamas. Las fuentes consultadas, con todo, insisten en que es necesario conocer la autopsia, ya que no descartan una muerte violenta. Ayer se tomaron nuevas declaraciones y se localizó a familiares de la víctima en la Isla.