La estadística de los accidentes mortales tiene, aunque cueste creerlo, un lado positivo: en ocasiones -pocas- las víctimas mortales disminuyen. Pues bien, en los cuatro primeros meses del año el descenso en el número de fallecidos en las carreteras de Balears ha sido espectacular y se ha pasado de los 50 de 1999 a los 21 de este año.
«Cuando se habla de fallecidos no se puede lógicamente estar eufórico, pero lo cierto es que se trata de unos datos que nos hacen estar muy esperanzados de cara a la temporada estival que se avecina», comentó ayer un oficial de Tráfico de la Comandancia de Palma. Los motivos de este descenso radical son difíciles de fijar, pero la mayor vigilancia en la carretera -con controles de alcoholemia y patrullas motorizadas- ha contribuido a estos buenos datos.
También es cierto que existe una gran dosis de suerte: «Un accidente es imprevisible; puedes conducir correctamente y a una velocidad moderada pero de repente te ves implicado en una colisión tremenda», recordó ayer la misma fuente que añadió que «este año, de momento, la suerte está de nuestro lado». Sin embargo, los expertos no echan las campanas al vuelo y auguran problemas serios de tráfico por la llegada masiva de turistas y por el mal estado generalizado de nuestras carreteras.