La Audiencia de Palma ha establecido una condena de tres años de prisión para un joven marroquí, llamado Mohamed Rachid Ben Atta, que ha sido declarado culpable de un delito de lesiones. El acusado tendrá que indemnizar a la víctima de este delito con 250 mil pesetas.
La sentencia señala que los hechos ocurrieron en la madrugada del día 30 de noviembre de 1997. El acusado coincidió con un inmigrante cubano en un bar, situado en la plaza Gomila. Entre ambos se inició una discusión, aunque no se ha averiguado el motivo de la misma. Como consecuencia de la pelea ambos contendientes salieron del establecimiento. El cubano, tras discutir con el otro hombre, intentó volver al bar, pero encontró la puerta cerrada. En el momento en el que el gerente abría la puerta el acusado marroquí se acercó a su oponente y le causó un corte con un cutter. El arma le alcanzó el lado izquierdo de la cara, afectándole el nervio facial. La víctima tuvo que ser urgentemente operada, permaneciendo ingresada en el hospital durante cuatro días. Le ha quedado como secuela una cicatriz en la cara y una lesión en el labio superior. Pese a que el acusado negó ser el autor de la agresión, el tribunal afirma que los testigos del bar le identificaron.