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'Psicosis' entre los vecinos de Felanitx por la oleada de coches quemados

Los ciudadanos cuentan que por las noches les cuesta conciliar el sueño, se despiertan por cualquier ruido y temen por sus vidas

Los vecinos de la calle Forats, quienes cuentan que no duermen por las noches porque temen que vuelvan a quemar más coches.

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El último incendio provocado en un coche el pasado domingo a las 23.30 horas de la noche en la calle Forats de Felanitx ha provocado el pánico entre los vecinos de la manzana formada por esta calle y las Quatre Cantons, de s'Aigo y Horts.

Los vecinos de estas calles explican que les cuesta conciliar el sueño, que se despiertan con el mínimo ruido que escuchan y que temen por sus vidas. Están desesperados ya que «el Ajuntament no soluciona el problema, sabe quienes son los culpables y siguen quemando coches», explica Margalida Carbonell. «Mi hijo no quiere dormir, cada día me pide si hay fuego», cuenta Petra Romero. La gota que colmó el vaso y acabó con la paciencia de los vecinos fue el último ataque a un vehículo estacionado en la calle Forats. El coche estaba aparcado ante la panadería que regenta Margalida Carbonell quien dormía con su marido y sus hijos de 7 y 2 años. «En la panadería tenemos muchas cajas de cartón y hay 4.000 litros de gasóleo, podríamos haber muerto todos», explica Carbonell, todavía con voz temblorosa.

Los vecinos cuentan que se asomaron y vieron que el coche estaba ardiendo, sabían que en el interior de la casa estaban durmiendo estas cuatro personas, «llamamos a la puerta y por teléfono y no respondían. Fueron momentos de pánico, yo salí de mi casa (enfrente de la panadería) y volví a entrar porque las llamas llegaban hasta mi puerta», cuenta Margalida Borboy.

Los vecinos de la calle Horts también están asustados, sobre todo después de que un Fiat Tipo, propiedad de Miguel A. Binimelis, fuese declarado siniestro total a causa de otro incendio provocado. «Me quedé alucinado, llegué a las 23 y a las 23.30 el coche estaba carbonizado», cuenta Binimelis.

En este ataque la vecina, Francisca Picó de 80 años de edad, tuvo que ser evacuada por los bomberos. «No sabía que pasaba, me sacaron de la cama, tuve un trastorno muy grande», explica.

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