La Audiencia de Palma ha condenado a la Empresa Municipal de Transportes (EMT) a indemnizar a la compañera sentimental de un chófer, que murió aplastado por un autobús estacionado en una parada de S'Arenal. El tribunal de la Sección Quinta determina que el 60% de la culpa del accidente la tuvo la propia víctima, mientras que el resto de la responsabilidad hay que aplicarla a la empresa por el mal funcionamiento del vehículo. La indemnización se establece en algo más de cinco millones de pesetas. El tribunal ha exculpado a la compañía de seguros, por cuanto la póliza no incluye al conductor del vehículo, por lo que la indemnización la tendrá que abonar la EMT. Este accidente, en el que murió Juan Antonio Company Villalonga, ocurrió el día 21 de mayo de 1996, en S'Arenal. El conductor quedó aprisionado entre dos autobuses, debido al movimiento por inercia del autocar que él conducía, y que había aparcado detrás de otro.
El tribunal critica que no se hubiera realizado un estudio completo del sistema técnico del autobús, para aclarar algunos «aspectos oscuros y contravertidos» del accidente, para comprobar si el vehículo presentaba alguna deficiencia. El conductor, según refleja la sentencia, descendió del vehículo al final del trayecto. Cuando fue aplastado estaba manipulando una botonadura situada en la parte frontal para abrir las puertas y frenar el vehículo. Sin embargo, este sistema no funcionó y el autobús se movió.