Ayer comenzó en la Audiencia de Palma el juicio contra cinco personas acusadas de estar relacionadas con un kilo y medio de heroína que fue interceptado hace dos años por la Guardia Civil. Entre los acusados destaca la presencia de Antonio Sánchez Fernández, alias «El Cololo», considerado el principal lugarteniente de Pablo Campos Maya, conocido como «El Pablo». Precisamente el traficante de la Soletat fue relacionado con este alijo de droga, pero huyó con su esposa antes de que se le pudiera procesar. El banco de los acusados, además de Antonio Sánchez, lo ocupan María Rosa C.V., Vanesa U.M., María Engracia M.M. y Juan Manuel C. El fiscal pide penas que suman 50 años de prisión.
El día 13 de septiembre de 1997 la Guardia Civil interceptó a Vannesa con un paquete que contenía unos 600 gramos de heroína, de diferente pureza. La mujer, según declaró ayer, estaba atravesando un mal momento económico y la acusada María Rosa C.V. le pidió que le guardara este paquete a cambio de dinero. Fue detenida cuando, supuestamente, iba a entregarle esta droga a «El Cololo».
María Rosa C.V., ex novia de Antonio Sánchez Fernández, confesó ayer ante el tribunal que se había dedicado al tráfico de droga. Explicó que en aquellas fechas se encontraba embarazada, tenía pocos recursos y sospechaba que su novio no querría saber nada de su hijo. Por ello decidió dedicarse al tráfico de drogas. La acusada, que exculpó ayer a «El Cololo», explicó que cuando se encontraba en prisión por estos hechos llegó a un acuerdo con la Guardia Civil. La mujer acompañó a los agentes hasta una nave del Polígono de Can Valero. Allí había escondido un paquete que contenía más de 900 gramos de heroína.
Antonio Sánchez Fernández, que ha sido condenado dos veces por tráfico de drogas, se negó a contestar a las preguntas del fiscal que le relacionaban con este paquete de droga. Se limitó a indicar que «soy inocente».
La fiscal interrogó a la acusada Vanessa U.M., que explicó que aceptó guardar el paquete porque no tenía trabajo y estaba a punto de ser deshauciada. La mujer reconoció que la droga se la había entregado María Rosa C.V.
La Guardia Civil tenía pruebas que demostraban que este grupo de presuntos traficantes de droga lo dirigía Pablo Campos Maya desde la cárcel de Valencia, donde estaba cumpliendo condena por tráfico de drogas. La mujer del traficante, María Francisca Fernández, también fue relacionada con este alijo, aunque huyó con su esposo y tampoco pudo ser procesada.