El cerco sobre Son Banya se estrecha. Tras la denominada «Operación Charly», en la que diez presuntos narcotraficantes fueron arrestados y se intervino más de un kilo de heroína, la Guardia Civil ha golpeado ahora a la cúpula de la banda que suministraba los estupefacientes al poblado y que estaba afincada en Madrid y Guadalajara.
El pasado mes de octubre fueron detenidos tres hijos del difunto patriarca, el Tío Kiko, dos empresarios que presuntamente «blanqueaban» el dinero ilícito y otros cinco «correos» o «camellos». Se trataba de uno de los clanes de la heroína más activos y en su poder se halló 1.250 gramos de esa sustancia. Sin embargo, los investigadores sabían que la red desarticulada era un eslabón intermedio y que los cabecillas de la banda residían en la Península, desde donde enviaban continuamente alijos a la Isla.
El GIFA (Grupo de Investigación Fiscal y Antidroga) se puso en contacto con la Dirección General de la capital e informó del estado de la investigación y de las sospechas que recaían sobre al menos tres individuos, uno de ellos un ex empresario del mundo de la publicidad. La autoridad judicial autorizó el miércoles dos registros simultáneos en un piso de Madrid y en un chalet de Guadalajara. En el primero se localizó una importante cantidad de dinero y documentación comprometedora y altamente valiosa. Su propietario, el español Germán M.F., de 61 años y apodado «el Peluquín», fue detenido en el transcurso de la operación.
Al mismo tiempo los efectivos antidroga detuvieron en Guadalajara a los ciudadanos cubanos Antonio G.H., de 54 años, y Roy Rogers E.M., de 46. En el chalet de Guadalajara, además de dinero y documentación, se intervino 100 pastillas de anfetaminas y 3 gramos de cocaína. El juez Antoni Garcías, titular del juzgado de instrucción número 7 de Palma, mantuvo el secreto sumarial en Palma hasta el pasado miércoles, a fin de que no se produjeran filtraciones.