Los bomberos y la Guardia Civil tardaron 16 horas en rescatar el cadáver de un alemán que murió en su casa de Llucalcari (Deià) mientras se relajaba en la sauna. El cuerpo llevaba entre cinco y seis días en descomposición y su gran tamaño (dos metros de altura y más de 150 kilos de peso) complicó sobremanera la operación. El hijo de Paul Gert Willi, de 58 años, llevaba días llamando por teléfono a su padre y en la noche del lunes, angustiado ante la posibilidad de que le hubiese pasado algo, se puso en contacto con la Benemérita. Una patrulla se desplazó hasta al chalet Sa Gavina, en la carretera que conduce a Sóller, y comprobó que el hombre se hallaba sin vida en la sauna que había instalado en su casa.
Eran poco más de las 22 horas y los empleados de la empresa funeraria que trataron de retirar el cuerpo tuvieron que ceder ante lo evidente: el cadáver se había hinchado y deformado debido a los días que había pasado a altísimas temperaturas y era imposible pasarlo por la angosta puerta.
Así las cosas, se pospuso el rescate y a primera hora de la mañana coincidieron en Sa Gavina efectivos de la Policía Local de Valldemossa, Guardia Civil y Bomberos de Mallorca. Estos últimos enviaron a lo largo de la mañana cuatro unidades y se barajaron distintas posibilidades para sacar el voluminoso cuerpo. La empresa funeraria de Palma, a pesar de que Deià se escapaba de su jurisdicción, se desplazó finalmente al chalet de la Serra y sobre la una y media de la tarde, casi 16 horas después del hallazgo de los restos de Paul Gert Willi, se procedió a derribar las paredes de la sauna ya que de otra forma era imposible sacarlo.