Más de un centenar de personas podría haber muerto en la colisión de dos trenes el martes en Londres, indicó la policía, que teme que esta catástrofe ferroviaria se convierta en la peor en Gran Bretaña desde el final de la II Guerra Mundial.
Treinta y seis horas después del accidente ocurrido cerca de la estación de Paddington, el balance provisional de la catástrofe es de por lo menos 28 muertos y 70 desaparecidos. La policía intentaba obtener más información sobre un centenar de personas que podrían haber tomado los trenes accidentados.
Jamás desde la colisión ocurrida en 1952 en Harrow, noroeste de
Londres, que causó 112 víctimas, el Reino Unido había vivido una
catástrofe parecida.
Durante todo el día, los socorristas buscaron entre los escombros
pudiendo extraer sólamente 18 de los 28 cuerpos del balance
provisional, algunos de ellos calcinados o mutilados, lo que
dificulta su identificación.
Se teme hallar decenas de muertos aún en un vagón que quedó
completamente calcinado, con una capacidad de 60 plazas.
Los servicios de socorro se ayudan de una grúa, pero las
operaciones de rescate «toman su tiempo», subrayó la policía
añadiendo que «ciertos vagones están suspendidos en el aire, en un
difícil equilibrio, y amenazan a los socorristas». En cuanto a los
heridos, de los 150 censados el martes, 47 permanecen
hospitalizados ayer miércoles en 6 centros de la capital, 25 de
ellos en estado grave.