Un hombre de 41 años de edad, llamado Pedro Martínez Martínez, y su hijo Rubén, de once años, resultaron heridos de gravedad al producirse una explosión en su domicilio, situado en la localidad de Bunyola. El suceso se produjo poco después de las diez de la noche del viernes en una pequeña casa que está situada en la urbanización de Binisalamé, a la que se accede a través de la carretera vieja de Bunyola. Se trata, según informaron fuentes policiales, de una urbanización ilegal.
El hombre y su hijo residen en esta casa, que se ilumina a través de un pequeño generador de electricidad que se alimenta de gasolina. Sobre las diez de la noche el combustible del aparato se agotó y Pedro Martínez cogió una garrafa de gasolina para repostar la máquina. Debido a que el lugar estaba muy oscuro, al carecer de instalación eléctrica, el hombre encendió una vela para alumbrar la habitación. Según informó la policía, la vela se la entregó al menor, que por circunstancias que se desconocen, la acercó demasiado al bidón de gasolina.
Al entrar en contacto la llama de la vela y el combustible se produjo una gran explosión, que alcanzó de lleno al padre y al hijo. Los dos familiares salieron de la casa envueltos en llamas. Recorrieron unos cinco metros de distancia y se lanzaron a un aljibe de agua que hay en la parcela. La explosión provocó también un incendio en el interior de la vivienda, destruyendo todos los bienes de los moradores.
Los médicos de Son Dureta que atendieron a Pedro Martínez consideraron que las quemaduras que presentaba justificaban su traslado a otro centro hospitalario, especializado en el tratamiento de este tipo de lesión. Sobre las tres de la mañana se llevó a cabo el traslado hasta el hospital de Vall d'Hebrón, en Barcelona. En cambio, el menor quedó ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Maternal de Son Dureta. Su estado es muy grave.