El Grupo de Atracos de la Policía de Palma ha detenido a un hombre que presentó una denuncia falsa, en la que aseguró que dos individuos habían cometido un atraco en una joyería y habían clavado una jeringuilla a su hija de diez meses de edad. Enrique H.P., de 32 años de edad, es el detenido, quien se sospecha que incluso le clavó el arma a su hija pequeña para aparentar una mayor veracidad en su denuncia. Este caso, que sembró una gran alarma social en Palma por la agresividad de los dos delincuentes, se perpetró a mediados del pasado mes de agosto.
El ahora detenido denunció a la policía que dos individuos habían entrado en una joyería, que está situada en la zona comercial de los Geranios, en la que él trabajaba. Enrique H.P. afirmó que los delincuentes entraron armados, y uno de ellos se dirigió hacia su hija de diez meses, que se encontraba durmiendo en el cochecito, la cogió y amenazó con clavarle una jeringuilla. El padre de la niña quiso convencer a la policía de que había respondido con valentía ante esta situación. Se enfrentó a uno de los atracadores y le intentó desarmar, aunque resultó herido. Fue en esta refriega cuando, según afirmó el denunciante, el otro delincuente le clavó la jeringuilla a la niña en su brazo.
Desde el principio la policía sospechó que esta denuncia era falsa. Pese a que se realizaron varias detenciones, la policía centró su investigación en el denunciante y en su familia. La policía no tardó mucho tiempo en descubrir que el sospechoso y su familia habían tenido en las últimas semanas un excesivo protagonismo. Enrique H.P. denunció el pasado día 8 de enero ante la Policía Local de Palma un ataque con armas en su domicilio. El detenido reside en una vivienda que está situada en la urbanización de Son Olivaret, en la zona de s'Aranjassa. El hombre afirmó que varios individuos acudieron de noche a esta vivienda y efectuaron varios disparos. Los proyectiles impactaron contra dos coches que estaban aparcados a la entrada de su casa.
Ante todo este cúmulo de circunstancias la policía optó por mantener una larga conversación con el sospechoso. En el interrogatorio se derrumbó y confesó que, en efecto, el atraco a la joyería había sido una invención suya.
Los agentes están convencidos de que Enrique H.P. fue capaz de clavarle la jeringuilla a su hija, y permitió que se le realizaran toda clase de pruebas médicas a la pequeña de diez meses de edad para descartar que se hubiera podido contagiar con alguna enfermedad.