La banda de rumanos desarticulada por la Policía Judicial de la Guardia Civil de Pollença envía a su país, a través del servicio postal, todo el material que conseguía hurtar en la Isla, según han descubierto los investigadores.
La pista que siguieron los miembros de la Benemérita fue la de los envíos de paquetes desde Inca a Rumanía, que se efectuaba de forma periódica por los integrantes de la colla. El pasado día 2, agentes «camuflados» se apostaron en la oficina de Correos de aquella localidad y esperaron la llegada de los sospechosos. Teodor S., de 30 años y presunto cabecilla de la organización, y Marian V., de 21 y de nacionalidad húngara, llegaron al recinto con dos paquetes y fueron interceptados in situ. Los bultos contenían material robado y entonces se puso en marcha la operación para erradicar por completo la banda.
Los otros cinco sospechosos, todos ellos rumanos menos una joven española, se ocultaban en una casa de Sencelles que habían alquilado y fueron reducidos a primera hora del miércoles, mientras aún dormían. La Benemérita se las apañó para que abrieran la puerta y en el interior de la vivienda encontró abundante material ilícito; colonias, alcohol, tabaco, ropa de marca y otros efectos. María Yolanda G.B., de 26 años, Ovidiu Dan S., de 22, Marian Ioan S., de 24, Dorin D., de 27, y Milcea Romulus S., de 25, así como el resto de la banda, habían llegado a la Isla entre los meses de mayo y julio y actuaban principalmente en las zonas de Alcúdia y Cala Millor.
Habían entrado en el territorio nacional como turistas y algunos también habían delinquido en Canarias. La mayor parte del grupo son familia y proceden del mismo pueblo rumano. El hecho de que remitieran a su país continuamente paquetes evidencia que el material era vendido allí a otras organizaciones mafiosas, que solicitaban determinadas marcas y productos de Mallorca.