La familia Kennedy, sus amigos y admiradores rezan a lo largo y ancho del país pidiendo un milagro, todavía no descartado por los equipos de búsqueda y rescate.
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, permanentemente al tanto de estas tareas en la residencia presidencial de Camp David (Maryland), recibió ayer un pormenorizado informe sobre los resultados obtenidos. Clinton alentó a los equipos que trabajan en esta actividad a continuar la búsqueda.
Hasta ahora, no han sido halladas evidencias de supervivientes, a pesar de que el sábado se recogieron restos de la avioneta, una «Piper 32 Saratoga» de seis plazas, que pilotaba John Kennedy, de 38 años, en las playas de la isla Martha's Vineyard, un elitista centro turístico en la costa noreste de EEUU. No obstante, Larrabee, quien mantiene el optimismo, no descarta poder encontrar con vida a John Kennedy, su esposa, Carolyn Bessette, y la hermana de ésta, Lauren. En la noche del sábado se encontraban varios objetos de la avioneta. Se trata de una maleta con el nombre de Lauren Bessete y también un frasco de medicamentos que llevaba el nombre de Carolyn Kennedy.
Las aguas de las proximidades de la citada isla tienen ahora una temperatura de casi 20 grados centígrados, según informaciones procedentes de esa región del Estado de Massachusetts, donde se ha centrado la búsqueda, lo que podría permitir la supervivencia.
Los buques del Pentágono y de la Guardia Costera que participan
en la búsqueda están equipados con sofisticados aparatos de
detección marina.
La desaparición de la avioneta, que John Kennedy había adquirido el
pasado 30 de abril, ha congregado a numerosos admiradores del joven
abogado y editor de la revista política «George», en las
proximidades de su residencia en Nueva York, donde han depositado
ramos de flores.