Un amplio sector de policías locales de Calvià denuncian «una situación critica» por la que atraviesa el colectivo, «que se acentúa por momentos y que se agravará con la llegada de la Universiada y de la temporada alta».
La situación se explica con detalle en un documento, asegurando que se trata del sentir mayoritario del colectivo. Por parte de este periódico se ha pulsado la opinión personal de policías al respecto, y se ha comprobado que la citada situación se expuso ya en el resultado de un estudio del departamento de Psicología de la UIB. El Ajuntament de Calvià pagó dos millones por una primera parte del trabajo cuyo resultado, en síntesis, y refiriéndose al colectivo policial, señalaba que los agentes padecen el síndrome de Burnout, lo que en términos populares se entiende como «estar quemado con el puesto de trabajo».
En el documento se señala: «Básicamente el problema reside en la falta de comunicación que se viene manteniendo con nuestro colectivo y el trato que recibimos, además del desprecio que nos dispensa la alcaldesa. A ello hay que añadir la dejadez, la incompetencia, falta de voluntad y capacidad por arreglar nuestros problemas que se va manteniendo por los gobernantes socialistas. Los graves problemas que padecemos son: Falta de personal; mala gestión y organización en todos los sentidos; nefasta distribución del personal integrado en las unidades; descoordinación interna y duplicidad de funciones; instalaciones inadecuadas y falta de párking para los vehículos policiales; falta de medios técnicos y materiales; a nivel de mandos, el escalafón de sargentos no sólo no funciona, sino que entorpece y obstaculiza con su gestión el resto de servicios; aunque el malestar sea de carácter humano, destacar lo atrasados que hemos quedado económicamente y ese es un tema que será tratado ampliamente en la próxima legislatura.