Un agente del Cuerpo Nacional de Policía detectó diez minutos antes de que se diera la alarma por el incendio de Na Burguesa una columna de humo negro en la misma zona que luego quedó devastada por las llamas. Ese detalle, y otros que están siendo investigados por el SEPRONA de la Guardia Civil, podrían apuntar a un origen intencionado del siniestro, que ha quemado más de 20 hectáreas forestales.
Durante la noche del sábado al domingo un retén de los bomberos permaneció en aquel paraje montañoso, entre los municipios de Palma y Calvià, a fin de que las llamas no se reavivaran. Por la mañana, se puso en marcha la cobertura aérea y un Cannadair, dos Dromaders y un helicóptero fueron «refrescando» el perimétro afectado. A las dos de la tarde el fuego quedó, oficialmente, controlado y poco después, con la aparición de la lluvia, la situación se consolidó y no quedó ningún punto que requiriera intervención inmediata.
La conselleria de Medi Ambient y la Benemérita han abierto investigaciones paralelas para concretar de que manera se iniciaron las llamas y fuentes del primer organismo señalaron ayer que se trató de un «incendio raro», aunque no quisieron aventurar ninguna hipótesis. En este sentido, algunos vecinos declararon que vieron caer rayos sobre la zona, aunque en las inmediaciones del Golf de Bendinat se concentran, los fines de semana, numerosos excursionistas y familias. De esta manera, no se descarta que una imprudencia (una colilla o una hoguera) desembocara en el primer gran incendio forestal del año.