El fiscal Tomeu Barceló mantuvo ayer que Juan Soberats, el hombre que reconoció que había matado a su compañera sentimental Margalida Fiol, actuó en un estado de arrebato «al perder los papeles». Las palabras del fiscal evidenciaban el pacto al que había llegado la acusación y la defensa antes de iniciarse el juicio, para que Soberats se declarara culpable a cambio de ver reducida la condena.
El juicio por este caso quedó ayer visto para sentencia. De los más de 30 testigos previstos en un principio, sólo declararon cinco, cuatro de ellos peritos. El jefe del Grupo de Homicidios explicó que desde el principio se sospechó de Soberats, porque dio una versión que no encajaba. El acusado decía que un desconocido había entrado en su casa, cuando él no estaba, había apuñalado a Margalida y se había llevado casi medio millón de pesetas. El inspector explicó que había llegado a la conclusión de que Margalida era una persona seria, con un fuerte carácter, que no le gustaba la mentira. Por ello, cuando descubrió que su compañero la engañaba, discutió con él y se produjo el ataque mortal. El testigo afirmó que ella «estaba muy enamorada de Juan».
El fiscal Tomeu Barceló se dirigió al jurado para pedir una condena por homicidio. Recordó que Soberats había confesado el día anterior los hechos sin «coacción». El acusado, al escuchar esta palabra, le dedicó una sonrisa. Barceló resaltó que la pareja inició una «acalorada discusión», en la que Juan «perdió los papeles». A juicio de la acusación, en este estado de ofuscación, «cogió el cuchillo y la mató».