Un juez de Palma ha absuelto a dos médicos de Son Dureta, que le diagnosticaron a una paciente que tenía el virus del sida y tardaron seis meses en comunicarle que no estaba enferma. El juez Francisco Javier Mulet entiende que la actuación de los dos médicos no ha sido delictiva, pero cree que la perjudicada podrá solicitar que la indemnicen por lo ocurrido. Los hechos se iniciaron en el mes de enero de 1993. La mujer acudió a Son Dureta. Hacía tres días que tenía fiebre y sufría un agotamiento físico. El médico que la atendió la envió al servicio de medicina interna. Allí la visitó uno de los dos médicos acusados, que ordenó su ingreso hospitalario. Durante varios días se le realizó todo tipo de pruebas y analíticas para descartar infecciones. Se comprobó que no tenía ni hepatitis ni sífilis. El día 1 de febrero, según declara la sentencia, el servicio de hematología del hospital realiza una analítica de sangre a través del test de Elisa. Se observa que la paciente presenta anticuerpos de Inmunología, es decir, estaba enferma de sida. El médico de medicina interna le comunicó a la paciente que tenía estos anticuerpos, si bien remitió su caso al departamento de inmunodeficiencia de Son Dureta. Este departamento lo dirigía la otra doctora que ha sido juzgada. La facultativa ordenó que se le hicieran otras analíticas y se le repitió el test de Elisa. De nuevo fueron positivas. Sin embargo, esta prueba no era definitiva. Para confirmar este diagnóstico se realizaba otro test a través de la técnica Western Blot. Esta prueba no se realizaba en Son Dureta, por lo que se enviaron las muestras de sangre al hospital de Majadahonda, en Madrid. Este centro comprobó que la mujer no tenía el virus y envió este diagnóstico al hospital de Son Dureta a principios del mes de junio. La sentencia declara probado que la paciente no tuvo conocimiento de este último test, que descartaba que estuviera enferma, hasta el mes de noviembre, es decir, seis meses después de que se conociera el resultado.
La mujer perdió a su novio y la relación con su familia se enfrió
J.F.M.
La sentencia explica que, por indicación del médico del servicio de medicina interna, la mujer le comunicó a su compañero sentimental (estaba separada) que era seropositiva. Casualmente le dio esta noticia el día de San Valentín. También se lo dijo a su hermano, que si bien le ofreció ayuda moral, le ordenó que dejara de besar y estar con sus sobrinos. La existencia de esta falsa enfermedad provocó un enfriamiento de las relaciones familiares y sentimentales, ya que meses después perdió a su novio. La perjudicada también advirtió a sus hijos que cuando se cortarse o tuviera una hemorragia no se acercaran. Toda esta situación provocó una depresión a la mujer, que finalmente llegó a concienciarse que estaba enferma. La mujer se querelló contra los médicos y exigió dos años y seis meses de cárcel para cada uno, así como una indemnización de 35 millones. El fiscal también pidió una condena y una indemnización de 15 millones de pesetas.