En el marco del Club Ultima Hora-Valores, Javier Ventura-Traveset (Barcelona, 1965), responsable de Navegación Lunar y Ciencia en el Directorado de Navegación de la Agencia Espacial Europea (ESA), ofrecerá la conferencia El futuro de la navegación lunar. Hacia un nuevo paradigma. El acto tendrá lugar el próximo jueves, 8 de mayo, a las 19.00 horas en el CaixaForum de Palma.
¿Por qué es de interés para la humanidad volver a la Luna?
—Existen múltiples razones. Desde una perspectiva científica, la Luna actúa como un archivo geológico casi intacto que puede ayudarnos a comprender mejor la historia temprana del sistema solar. Su cara oculta ofrece un lugar único para instalar radiotelescopios, libre de interferencias de radiofrecuencia y sin atmósfera, permitiendo observar el universo primitivo en condiciones excepcionales.Además, la Luna proporciona un entorno ideal para el desarrollo de nuevas tecnologías como preparación para futuras misiones tripuladas a Marte y muchas de estas innovaciones tendrán aplicaciones directas en la Tierra.La Luna también podría convertirse en una base estratégica para la exploración y eventual explotación de asteroides gracias a su baja gravedad, lo que facilita el lanzamiento de misiones con menor consumo energético. A ello se suma la presencia de recursos de alto interés, como agua, oxígeno, metales, tierras raras y helio-3, poco común en la Tierra y que podría ser clave en el futuro para la realización de fusión nuclear limpia.También existen motivaciones geopolíticas: el retorno a la Luna representa una oportunidad para demostrar liderazgo tecnológico, influir en la gobernanza espacial y reforzar el prestigio internacional.Una sociedad que no explora renuncia a crecer. Explorar es avanzar, cuestionar y soñar, y es lo que nos hace verdaderamente humanos.
¿Cuáles son las principales contribuciones que está previsto que realice la ESA en el campo de la exploración lunar durante los próximos 10 años?
—La exploración lunar forma parte de las prioridades estratégicas del programa de exploración de la ESA. Europa trabaja actualmente en varios grandes programas que incluyen el transporte de astronautas, las telecomunicaciones, la navegación, la habitabilidad, el reabastecimiento y los vehículos logísticos lunares, contribuyendo así al establecimiento de una presencia sostenible en la superficie lunar.
El acto tiene como motivación el inicio de una revolución en el campo de la exploración lunar. Tras el éxito de la misión Artemis-1 en 2022, se han registrado hitos importantes, como el exitoso alunizaje de la sonda india Chandrayaan el 3 en agosto de 2023 y el alunizaje de la misión japonesa SLIM en enero de 2024, incorporando a la India y Japón al selecto club de países que han logrado posarse de forma controlada en nuestro satélite. Más reciente, en junio de 2024, la misión china Chang’e 6 consiguió el hito de ser la primera en recoger muestras de la cara oculta de la Luna.
Más allá de estas misiones institucionales, la exploración lunar adquiere una nueva dimensión con múltiples misiones comerciales privadas. El 22 de febrero de 2024, se produjo el alunizaje de la misión IM-1/Odysseus, convirtiéndose en la primera de carácter privado en lograrlo. Ésta y otras múltiples iniciativas comerciales inauguran una nueva etapa en la exploración lunar. Las perspectivas del mercado lunar prevén el lanzamiento de más de 400 misiones durante los próximos 10 años, incluyendo en órbita, sondas y vehículos en la superficie.
¿Qué limitaciones existen hoy en día en la navegación y comunicación lunar? ¿Por qué es importante desarrollar nuevas infraestructuras de servicios directamente en la Luna?
—Es una necesidad que surge de manera natural. Análisis recientes estiman que, durante los próximos diez años, se lanzarán en torno a 400 misiones hacia y alrededor de la Luna, tanto de pequeña como de gran escala, con una inversión global que podría alcanzar los 150.000 millones de dólares. Si cada una de estas misiones dependiera de los sistemas actuales de comunicación y navegación —basados en complejas infraestructuras de apoyo desde la Tierra—, estaríamos ante un modelo insostenible. Hoy en día, sólo unas pocas grandes agencias espaciales pueden permitirse ese nivel de soporte. El programa Moonlight representa, en este contexto, un auténtico cambio de paradigma en la exploración lunar. En lugar de que cada misión deba desarrollar y operar sus propios sistemas especializados y depender intensamente de recursos terrestres, con Moonlight podrán acceder a servicios de comunicación de banda ancha, transmisión de vídeo, streaming y servicios de navegación similares a los que hoy proporcionan sistemas como GPS o Galileo en la Tierra, pero directamente desde la órbita lunar.
Precisamente, Moonlight está optimizado para cubrir el Polo Sur de la Luna. ¿Por qué se concentran ahí la mayor parte de las misiones lunares de la próxima década?
—El Polo Sur de la Luna es una región de alto interés para la exploración. En primer lugar, por la presencia de agua en forma de hielo en cráteres que están permanentemente en sombra. El agua helada es un recurso vital para la sostenibilidad humana en la Luna: para beber, producir oxígeno y generar combustible para cohetes que puedan despegar desde la Luna. Además, en el Polo Sur lunar existen también zonas elevadas en algunos cráteres que reciben luz solar casi de forma continua, los denominados picos de luz eterna, una característica que es extraordinariamente interesante para la viabilidad de futuras bases lunares, permitiendo la generación continua de energía solar. Desde el punto de vista científico, esta región conserva, además, material geológico muy antiguo con gran interés para el estudio de la historia del sistema solar y la geología lunar. Por último, el acceso al Polo Sur desde la futura estación lunar Gateway es más sencillo que hacia otras regiones de la Luna, lo que facilitará su acceso y las operaciones en la superficie lunar. Por todo ello, el Polo Sur lunar es una ubicación estratégica para establecer infraestructuras humanas sostenibles,
¿Las tecnologías que se están desarrollando actualmente para la navegación lunar serán aplicables en el futuro en la exploración de Marte? ¿Existe ya algún programa en marcha en este sentido?
—Sí. Uno de los objetivos clave de la exploración lunar es que muchas de las tecnologías desarrolladas para misiones lunares puedan aplicarse o adaptarse a futuras misiones a Marte, y esto incluye también al sistema Moonlight. En este sentido, la ESA ya ha comenzado a dar los primeros pasos hacia una posible infraestructura de comunicación y navegación dedicada a Marte, el sistema Marconi, donde muchas de las tecnologías y estándares internacionales que se están desarrollando para Moonlight podrían ser reutilizados. El primero de estos satélites de navegación en Marte podría estar en órbita a principios de la próxima década. Ése es el objetivo. Podemos decir con cierto orgullo que Europa, a través de la ESA, es hoy una referencia mundial en sistemas de navegación para la exploración espacial.