La última generación que jugó en la calle

| Palma |

Soy de la última generación que jugó en la calle. Nos entreteníamos con el ‘quien marca, pasa’ o con el ‘a, e, i, o, u’. He visto construir pabellones deportivos, piscinas climatizadas y pistas de skate. He visto poner el césped artificial en los campos de fútbol.

Para hacer trabajos del cole buscábamos información en las enciclopedias, que eran unos tomos muy pesados que explicaban una gran variedad de cosas que copiábamos en un cuaderno. En casa teníamos el Diccionario Enciclopédico Larousse. Había un ordenador en casa, ‘el ordenador’, que estaba en el salón y que utilizábamos todos. Tenía una entrada de disket. El siguiente ya tuvo entrada de discos, que con los años se sustituyeron por pendrives. Y para saber el significado de una palabra o su traducción en inglés buscábamos en el diccionario por orden alfabético.

Cuando yo era pequeña los coches no tenían dirección asistida ni aire acondicionado. Para escuchar música grabábamos discos: ‘Varios 2001’, ‘mix bueno’… Para hacer fotos de carnet íbamos al fotógrafo, para escanear utilizábamos el escáner y para comprar ropa deportiva íbamos a la tienda de deportes, que existían en todos los pueblos hasta que apareció Decathlon.

He visto el nacimiento de internet. En el año 2000, la biblioteca del pueblo sacó los ordenadores a la calle en una actividad durante las fiestas patronales, y nos enseñaron que existían los buscadores de internet: si escribíamos la palabra ‘tortuga’, aparecía su definición y varias fotografías. Fue mágico. Nos dijeron que podíamos utilizar Yahoo, Google, Likos y Altavista. Y de ahí al rincón del vago.

También soy de la última generación que utilizó los aparatos electrónicos con botones y las cámaras de fotos con carrete. Yo tuve una minicadena, muchos amigos tenían consola. Grabábamos en VHS las películas que emitían en la tele para poder volver a verlas, y nos descargábamos música (ilegalmente) en eMule o Ares.

Para llamar a las amigas telefoneábamos a su casa. Mi primer móvil fue un TSM30. Nos mandábamos sms y hacíamos ‘perdidas’. La generación de los 90 ha visto los chats de Terra, Fotolog, MySpace y Messenger. Me acuerdo de la llegada del móvil personal, la Blackberry, el smartphone, Facebook, Whatsapp, Twitter, Youtube, Google Maps, la nube… Y de cómo era la vida sin ellos.

Recuerdo la primera vez que cogí un avión, porque era bastante mayor. Tengo recuerdos muy nítidos de mis primeros viajes. Mi absoluta felicidad cuando descubrí TopShop y Primark en Londres o cuando vi, de intercambio en Suecia, que el queso se puede cortar con un rebanador además de con cuchillo. Allí descubrí que en algunos países en los institutos dan de comer a los estudiantes, y que no es gratis, como nos corrigieron nuestros compañeros suecos, que sí sabían para qué son los impuestos.
Pertenezco a la última generación que ha vivido en un mundo sin globalizar del todo.

Sin comentarios

No hay ningún comentario por el momento.

Lo más visto