Se habrán fijado, quizá con cierta estupefacción, en las dos enormes bolsas, cada año más grandes, que cargan los tenistas en su entrada a la pista, como si en lugar de un simple partido se fuesen ambos de expedición al Himalaya, y sin porteadores. Si es así, habrán reparado también cómo se escrutan uno al otro el equipaje, a ver quién lo tiene más grande y apabullante. Sabemos que el tenis es un juego muy decorativo, lleno de gestos, símbolos y significantes, y que como se resuelve por detalles y centímetros, sin límite de tiempo, mientras la pelota amarilla va de aquí para allá es preciso llenar la pista de contenido y tradiciones.
Pero aun así, por qué entrar en la cancha, a la vista de todo el mudo, arrastrando y exhibiendo tamaña impedimenta. En lugar de dejarla en el vestuario, que para eso está, como en todas las competiciones deportivas del mundo. Si en vez de tenis fuera boxeo, la subida al ring con dos bolsas muy pesadas mosquearía al público, que empezaría a abuchear, y no digamos ya si los jugadores de básquet o de fútbol llenasen las bandas de utensilios personales. Qué mierda hay en esas bolsas, y por qué es preciso tenerlas siempre a mano entre juego y juego.
Sí, ya sé que en la más voluminosa hay numerosas raquetas envueltas en sus fundas de plástico, por si le coge tirria a la que está usando o la destroza en una rabieta y necesita otra nueva, pero en qué cabeza cabe necesitar tantas. Y en todo caso, nunca se ha visto tal exhibición de instrumental en otras disciplinas deportivas que exigen artefactos, salvo el golf, esa pijada. No verás a un patinador cargando una bolsa de patines. Y qué me dicen de la otra bolsa, más rara si cabe. Parece que hay botellas de bebidas de diferentes formas y colores, a fin de alinearlas en el suelo con estilo propio, igual que en un picnic elegante.
También comida, toallas, camisetas, muñequeras, la documentación, las llaves… Yo qué sé. Si yo fuera tenista exhibiría una tercera bolsa privada, por si acaso. Con pijamas, el cepillo de dientes, el portátil, píldoras, una mantita, linternas, libros por si el partido se prolonga, etc. Cosas necesarias. Ignoro si ganaría algún punto, pero y lo que me divertiría.