Es peor de lo que parece. Esta frase se podría aplicar a muchos ámbitos. Por ejemplo, a la catástrofe que ha provocado la DANA en Valencia, a los efectos del cambio climático... Sin embargo, en esta ocasión me voy a referir al resultado de las elecciones en Estado Unidos. Aunque se esperaba una victoria de Donald Trump, ha sorprendido lo contundente que ha sido. Se puede decir que el republicano ha arrasado a la candidata de los demócratas, Kamala Harris.
¿Cómo los estadounidenses pueden votar a Trump? Esta es la pregunta que nos hacemos muchos y que tiene difícil respuesta.
Es importante tener en cuenta que EEUU no es únicamente Nueva York, sino que hay muchas zonsa rurales en las que impera más el America First (América primero). Si bien es cierto que hay lugares en los que se prioriza una política global o social, hay muchos estadounidenses a los que solo les preocupa su propio bolsillo y la inflación ha sacudido con fuerza a las economías domésticas durante el mandato del demócrata Joe Biden. Los republicanos han sabido captar y capitalizar el descontento de los trabajadores y han basado su campaña electoral en una pregunta: «¿Vives peor que hace cuatro años? Pues vota a Trump». Sin lugar a dudas, les ha funcionado. El problema es que el discurso de los republicanos ha estado plagado de falacias, hasta el punto de llegar a afirmar que los inmigrantes se comen a las mascotas. Sin embargo, han lanzado los mensajes que los votantes querían escuchar, independientemente de que estos sean ciertos o realizables.
Lamentablemente, el populismo no sólo gana terreno en EEUU, basta darse una vuelta por Europa. Y lo peor, es que esto no tiene visos de mejora, sino todo lo contrario. Los partidos tradicionales deben reflexionar sobre esto antes de que sea demasiado tarde.