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Shein, Temu, AliExpress y la ética

| Palma |

Amazon es historia. La nueva moda es comprar en Shein, Temu, AliExpress, Miravia o alguno de sus análogos. Se trata de páginas web y apps de intermediación de ventas, es decir, comercios digitales o marketplace, que destacan por una característica: todo es extremadamente barato.

AliExpress, fundada en 2010, es de la empresa china Alibaba. En la actualidad, España ya es su tercer mercado más importante después de Rusia y Estados Unidos. Shein, más enfocada a la moda, nació en China en 2008 aunque ahora tiene su sede en Singapur, y ya está presente en más de 150 países. Colin Huang, fundador de PDD Holdings, es el chino más rico del mundo. Después de lanzar el comercio digital Pinduoduo en 2015 la empresa puso en marcha Temu, que llegó a España en septiembre de 2022. Y Miravia, cuya web tiene una apariencia más cuidada, es también propiedad de Alibaba y aterrizó en nuestro país en febrero de 2024. Todas hacen la competencia a plataformas estadounidenses más consolidadas, como eBay o Amazon -esta última se fundó en 1994 y opera en España desde 2011-. Además, es inminente la llegada de TikTok Shop.

Mirando en las webs he encontrado auriculares Xiaomi por 99 céntimos en AliExpress, un protector de colchón impermeable por 10,48 euros en Temu, una camiseta tipo body en Shein por 4,79 euros y una batidora Taurus en Miravia que hoy -solo hoy- está al 59 % de descuento y cuesta 37,79 euros. Hay un montón de todo, cualquier cosa que puedas imaginar, y a precios ridículamente bajos. Tienen una política de precios muy agresiva y un márketing muy estudiado, con ofertas flash, bonos de descuento, campañas de envío gratuito e incluso juegos para conseguir cupones y rebajas. Son páginas desde las que es muy fácil comprar con el móvil, y han acortado de forma extraordinaria los plazos de entrega. Hacen que sea extremadamente difícil competir con ellos y, encima, aunque nacieron como tiendas online han empezado a abrir algunas tiendas físicas.

Personalmente, me da mala conciencia pagar tan poco por según qué artículos, porque solo el repartidor merecería cobrar más de lo que has pagado por el producto con el transporte incluido desde la otra punta del mundo. Además, si no puedes enviar el paquete al trabajo, recibirlo se convierte en una pesadilla. Sí que creo que es bueno mirar por internet y en algunas tiendas, y comparar. La omnicanalidad ya es lo normal. Nadie dejará de comprar en estas plataformas por ética, y el precio es muy difícil de combatir. Sin embargo, hay algo que estos marketplace todavía no dan: adaptarse a lo que tú quieres y necesitas, con más especialización y atención personalizada. De todos modos, lo que más me apena del auge del comercio electrónico es que si los comercios cierran, las calles y los barrios pierden vida.

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