Desde el departamento de Territori, Mobilitat i Infraestructures del Consell de Mallorca, somos conscientes que no hay una solución mágica para acabar con los atascos y la saturación de algunos puntos de nuestra red de carreteras, como es el caso de los accesos a Palma. No obstante, también tenemos claro que debemos actuar para minimizar las retenciones, para mejorar la vida a los palmesanos y a los mallorquines en general. Sabemos que es nuestra obligación como gestores de las infraestructuras y estamos comprometidos con ello desde el primer minuto que llegamos al Consell de Mallorca.
Esta semana, el presidente Llorenç Galmés, presentó un ambicioso plan de mejora de los accesos a Palma con 13 actuaciones y una inversión de 164 millones que persigue este objetivo: el de minimizar la saturación y reducir las colas de vehículos. Todo ello sin consumo de territorio, salvo el tramo I del segundo cinturón que es la única gran infraestructura que se hará durante esta legislatura. El proyecto discurrirá soterrado en gran parte para minimizar su impacto paisajístico y contempla una red de viales cívicos y aparcamientos disuasorios para 500 plazas.
Los técnicos del Consell de Mallorca nos aconsejaron realizar todas estas mejoras al considerar que tendrá una incidencia positiva sobre el problema que padecemos todos los residentes de Mallorca cada vez que utilizamos el vehículo para salir o entrar a la capital. Se trata de mejoras necesarias para actualizar y adaptar nuestras infraestructuras a la realidad actual y que ya tendrían que haberse realizado durante la pasada legislatura. Estoy seguro de que, si se hubieran mejorado los accesos a Palma hace unos años, los problemas graves de movilidad que sufrimos en estos momentos no tendrían un impacto tan elevado.
Algunas actuaciones de este plan ya se han culminado, como los accesos al polígono de Can Valero, el del Camí de Jesús o la nueva salida del aeropuerto hacia la autopista de Llucmajor. Actuaciones que están dando sus frutos. Otras empezarán en octubre, como por ejemplo el refuerzo de firme de la vía de cintura, el carril adicional en la autopista del aeropuerto o un nuevo carril debajo la intersección de Can Blau. También quiero destacar un nuevo carril en la vía de cintura desde Son Hugo a la carretera de Valldemossa, el acceso desde la autopista de Andratx a vía de cintura, así como la mejora de las salidas de las urbanizaciones de Llucmajor hacia la autopista. Todo ello, según los técnicos de Infraestructuras, debe contribuir a aumentar la fluidez del tráfico, reducir retenciones y mejorar la seguridad de los conductores.
Quisiera aprovechar que estamos inmersos en la Semana Europea de la Movilidad Sostenible para explicar que el Consell no solo tiene en mente construir carriles en las autopistas. Impulsamos también un ambicioso plan de viales cívicos con más de 60 kilómetros por toda Mallorca que tendrá una especial incidencia en Palma. Se conectará barriadas de la capital, como el Coll d’en Rabassa o Son Ferriol y el hospital de Son Llàtzer, con el centro de la ciudad. Todo ello con el claro objetivo de fomentar la movilidad sostenible.