Que una se acostumbre a todo no significa, ni de lejos, que aquello a lo que se acostumbra sea bueno. Una dice que se acostumbra a todo a pesar de lo que sea. De lo contrario, utilizaría otra expresión. Lo que ocurre es que, generalmente, aquello a lo que nos acostumbramos se convierte en algo normal. Y lo aceptamos aunque nos parezca horrible. Por poner una ejemplo, lo podríamos equiparar a cosas difíciles de aguantar, como unos zapatos que nos quedan estrechos.
¿Qué hacemos? Nos ponemos tiritas en los sitios donde se nos han hecho las heridas y ya está. Llega un día en que ni nos acordamos de las tiritas. Y ya nos parece que lo de las tiritas es lo lógico. Ya no constituye una molestia. Pues este ejemplo de los zapatos se puede extrapolar a otras cosas de mayor enjundia. Las hay a miles. En realidad, nos pasamos todo el día acostumbrándonos a cosas. Y lo hacemos con una soltura de manual. Da igual lo que sea. A ver guerras en directo ya estamos muy hechos y, además, en las horas de las comidas. En realidad, esto nos curte, nos hace fuertes como un guerrero shawnee o como John Wayne atravesando el desierto como un centauro en busca de su sobrina raptada. Dios mío, qué fácil nos resulta ver filas de niños amortajados.
También nos hemos acostumbrado a que se nos mienta por sistema. No podemos creernos todo cuanto vemos y, aún menos, lo que oímos. Qué más nos dan los discursos de los políticos, a los que no se les puede creer jamás. Pero no pasa nada. Sonreímos para nuestros adentros y seguimos con nuestras rutinas diarias. Y qué más nos dan las chorradas que suelta el candidato Trump, que se mete con la raza de su oponente demócrata. Vamos, ni que él fuera rubio natural… A lo mejor lo más conveniente sería protestar y enfrentarse a tantos desastres, pero es que no se puede. Ni se puede ni sirve para nada. Seguimos hacia adelante, como un hámster en su rueda, sin avanzar lo más mínimo. Sí, eso es lo que hacemos constantemente. Acostumbrarnos a todo. Con dignidad. Y a cada paso, si es necesario, nos vamos poniendo tiritas nuevas.