La aprobación, este viernes, del Decreto Ley por el Turismo Responsable y la Mejora de la Calidad de las Zonas Turísticas es recibida como una muy buena noticia por parte del Ayuntamiento de Calvià. Como alcalde, he defendido desde el comienzo de la legislatura la necesidad de dar un paso más en la regulación de actividades y comportamientos que pongan en riesgo la mejora de la imagen y la convivencia en zonas como Magaluf.
En este sentido, el propio cambio de nomenclatura ya representa, de por sí, una evolución: hablamos en positivo para referirnos a un perfil de visitante que, en nuestro caso concreto, ya ha mejorado su comportamiento durante los últimos años. Y adaptarnos a esta nueva realidad es lo que supone, de hecho, el Decreto ahora aprobado.
Esa evolución nos ha llevado, desde Calvià, a poder reducir de manera sustanciosa el número de calles y establecimientos de ocio que se veían hasta la fecha afectados por la zonificación. Antes, se establecía un ámbito de actuación demasiado extenso, casi indiscriminado. Ahora, en cambio, ese mapa se reduce a la calle Punta Ballena y algunas adyacentes, además de parte de la fachada marítima de Magaluf. Y es que se trata de actuar de manera quirúrgica para desterrar unas actitudes que, afortunadamente, ya comienzan a formar parte del pasado.
Pero el Decreto aporta más novedades: se establece ahora el deber por parte de los ayuntamientos de informar periódicamente a los consulados respecto al número de incidencias detectadas por incumplimiento de las ordenanzas cívicas. Se consigue de esta forma hacer extensiva a los mercados en origen la necesidad de mantener y reforzar las campañas de concienciación. En este sentido, puedo avanzar que en los próximos días vamos a redoblar esfuerzos junto con la Embajada británica en España a fin de que las noches de fiesta se queden en eso, y no devengan en las tragedias que muchas familias han sufrido.
En todo caso, un destino no lo modifica un Decreto. Más allá de los elementos coercitivos, resulta imprescindible la implicación, honesta y decidida, de todos los actores que forman parte del sector. Y en este punto, debo aplaudir la labor llevada a cabo por tantos hoteles y locales de ocio, que no solo han invertido en la mejora de su oferta, sino que han tomado conciencia de la importancia de poner en valor su producto. De esta forma, hemos pasado de ofertas de barra libre por cinco euros, a unos precios por unidad de alcohol mucho más acordes al elevado nivel que ofrece hoy todo el conjunto de Magaluf.
En definitiva, aplaudimos desde Calvià la iniciativa valiente y decidida del Govern por seguir dando pasos hacia unos destinos maduros que supongan un orgullo para toda la ciudadanía. Y en este sentido, celebramos igualmente la decisión de reservar hasta cuatro millones de euros anuales –procedentes del impuesto de turismo sostenible– para que podamos financiar proyectos relacionados con la mejora de la inspección, la seguridad y la concienciación para un turismo responsable. Será, además, la mejor manera de rebajar unas tensiones que en ciertas capas de la sociedad provocan ya sentimientos turismofóbicos.
Tengo en resumen absoluta confianza en la bondad de las nuevas medidas adoptadas por el ejecutivo de Marga Prohens, y el compromiso firme de seguir avanzando en la misma senda desde Calvià. Lo hacemos, además, con un Decreto a dos años vista, lo cual permitirá seguir adaptándolo de manera ágil a la cambiante realidad de Magaluf.