Al cumplir los 80 años, el cardenal mallorquín Luis Francisco Ladaria Ferrer pierde su condición de elector en el próximo cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco.
Así lo determina el Código Canónico, que permitirá al teólogo jesuita de Mallorca asistir al cónclave, pero no podrá ejercer al derecho al voto, al estar reservado a los cardenales de hasta ochenta años.
En septiembre de 2023, Luis Ladaria, que hunde sus raíces familiares en Manacor, cerró su etapa como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y entonces fue relevado por el arzobispo argentino Víctor Manuel Fernández, que es conocido como ‘Tucho’.
Ladaria, que fue creado cardenal en el consistorio público celebrado en julio de 2018 en la basílica de San Pedro, concluyó su mandato de cinco años en este cargo –considerado el tercero en la jerarquía de la Santa Sede–, que promueve y tutela la integridad de la doctrina católica sobre la fe y la moral. El dicasterio de la Doctrina de la Fe se corresponde con el ex Santo Oficio.
El quinto cardenal de Mallorca, que resolvió el problema del limbo al suprimirlo, hizo una sólida defensa de la encíclica ‘Humanae Vitae’ en su último discurso como profecto. Proclamó la vigencia de este texto de Pablo VI, que calificó de «audaz y profético». La ‘Humanae Vitae’ aporta una visión antropológica integral sobre el amor y la sexualidad humana, entendida según el plan de Dios, que 55 años después de su publicación, expone una verdad negada por décadas de «antropología anticonceptiva».
El austero y amable Luis Ladaria, a quien recordamos en su sencilla habitación de la Gregoriana Pontificia de la Piazza della Pilotta, ha vuelto a dar clases en esta universidad. Añade su nombre a los cardenales mallorquines Antonio Despuig (1745-1813), Jaume Pou (1497-1563), Antoni Cerdà (1390-1459) y Nicolau Rosell (1314-1362).