Comenzamos la tercera semana de protestas del sector agrario. Como es costumbre, vamos a la estela de lo que hacen en Francia. Nunca he entendido muy bien las razones por las que el sector francés siempre ha presidido las reivindicaciones agrarias y países como el nuestro asumen como propios los intereses vecinos. No te olvides de aquellas imágenes de los noventa con camiones españoles zarandeados y volcados en las carreteras francesas. Serán cosas de la desdichada europeidad.
Leo y escucho las reclamaciones de los agricultores y pienso que tienen razón. Cuando veo a nuestros paisanos discriminados en su propia tierra pienso en la desigualdad que eso produce. También entiendo la oportunidad de otros países no comunitarios que aprovechan los acuerdos que firman nuestros políticos cuando viajan para hacerse una foto sonriente junto a mandatarios del ramo con los que entablan una peculiar amistad.
La semana pasada, las protestas de nuestros agricultores se hicieron notar en Mallorca. El jueves se presentaron en la Consellería de Agricultura. Para hoy tienen programada una tractorada por todas las carreteras de la isla que los conducirá hasta la Delegación del Gobierno. Los nuestros añaden a las reclamaciones al uso, que el suelo balear deje de ser considerado de segunda y se reconozca la insularidad como una razón de agravio comparativo que conduce a una profunda desigualdad territorial. Algo tan sencillo como aplicar el mismo argumento que se utiliza con todo lo demás que nos une con la Península. Además, hacer que algo de lo que produce la ecotasa llegue a la agricultura local haría honor a su propio nombre. Lo siguiente que van a hacer nuestros agricultores para que los escuchen será pintar los tractores de color amarillo que es lo que se lleva ahora y es la forma más barata de tener un descapotable.