Estamos en un mundo sombrío que se encamina a cambios trágicos; a las puertas de la tercera guerra mundial con unos medios que no son los de la edad media. Ahora hay armamento de destrucción masiva con efectos a nivel mundial. La economía se resentirá y entraremos en aumento de gasto y posibles problemas de abastecimiento que afectará a nuestra calidad de vida. Los hutíes siguiendo indicaciones de Irán y con apoyo ruso con su intervención en el mar Rojo. Ya han conseguido expandir el conflicto en Oriente Medio. Las navieras importantes evitan la ruta argumentando inseguridad. Las rutas alternativas según últimos datos encarecen un setenta y dos por cien la factura. Las próximas y presentes pandemias no nos cogen prevenidos por culpa del Gobierno de Sánchez. La sanidad no resiste por falta de medios y planificación. La inepta ministra sigue en su plan de cuestiones menores para colmar ideología. Faltan especialistas, no médicos y no se interviene en plazas MIR, que son las que resolverían la cuestión. Abdica de su obligación de aumentar la financiación a las comunidades. El PRISA le ha sacado los colores al Ministerio de Educación, también con ideología y sin soluciones. La lucha por ser el nuevo tótem del poder que mantienen EEUU y China coaligada con Rusia ganarán. Mientras, nosotros ensimismados de que Occidente es el mundo. Craso error. Occidente está en declive y Europa es un escombro sin soluciones y burocracia impresentable. La violencia se está adueñando de la una parte de la juventud.
En lo local, pérdida absoluta de identidad, guetos de culturas que campan a su aire sin respetar al país que les acoge y cobrando de nuestros impuestos con el apoyo de nuestro gobierno social comunista. Falta revisar la globalización. Ante ello que podemos hacer. No pintamos nada. Pero tenemos armas poderosas para no sufrir en exceso. Apaguen telediarios, enferman sus ostinatos insufribles. Libérense de redes contaminantes o incultas. Descubran la espiritualidad, el estar en silencio con uno mismo, sea a través de meditación, aprendan a respirar. Disfruten de espacios de confort emocional, evitando los personajes tóxicos. Disfruten lo que tienen, no dependan las necesidades impuestas por la moda y el mercado. Sean ustedes mismos, no lo que les obligan a ser. Eviten anteponer el tener al ser. Descubran nuevos modos de llenar espacios de ocio. Eduquen a los hijos en valores y esto se consigue con tiempo y ternura. Con ello conseguirán calidad de vida y salud emocional y física.