Tras la reciente reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), se anunció que Balears recibirá una gran inyección de recursos en 2024: 4.000 millones de euros, 18 millones más de los presupuestados por el Govern. El dato proviene de la aplicación estricta del vigente modelo de financiación autonómica, negociado en la etapa del presidente Francesc Antich, en 2007 y 2008. No sorprende porque se explicó en su momento –y se ha reiterado en diversas ocasiones– que el modelo resulta beneficioso para las Islas en etapas de crecimiento económico. Y, además, el modelo dispone de una cláusula en la que se subraya que Balears debe llegar, como mínimo, a la media de financiación per cápita, utilizando para ello, entre otros, el Fondo de Suficiencia. El objetivo se ha cumplido desde 2009. Y el volumen de recursos llegados a Balears ha sido relevante: más de 500 millones de euros/año, adicionales, como media, teniendo en cuenta que en algunos ejercicios esa cifra se ha superado con creces tras las liquidaciones bianuales del modelo.
Es decir: si lo que se anuncia para el próximo 2024 es más dinero, la razón de tal incremento es de peso: porque la economía balear ha crecido en los últimos años y, por tanto, ha recaudado más en IRPF e IVA, a parte de por otros conceptos tributarios. Tal como explicita el modelo. Ante esto, el conseller de Hacienda sostiene que esto es debido a que los «ciudadanos de Balears han pagado más dinero que nunca en impuestos». La aseveración es técnicamente floja y, además, denota una deriva claramente ideológica. En la ecuación que nos dibuja el conseller, se nos sugiere que si recibimos más dinero es porque, de alguna forma, hay más presión fiscal (los ciudadanos han pagado más que nunca en impuestos). La confusión es intencionada: me niego a creer que un economista académico como Costa diga esto con convicción. Porque no se ha recibido más dinero porque los ciudadanos paguen más impuestos; los impuestos que se han pagado son exactamente los mismos –no ha habido subidas tributarias–; lo que sí se ha producido es un importante incremento en la actividad económica, que ha redundado en mejoras en las recaudaciones impositivas. Claro y raso.
La ecuación de Costa nos viene a decir, erróneamente, que recibimos más porque pagamos más en clave individual: porque estamos más presionados por los impuestos. Lo cual no deja de ser contradictorio para un conseller liberal como Costa, toda vez que se infiere en su ecuación que pagar impuestos redunda en mayores entradas de dinero para las arcas públicas que, entonces, permitirán avanzar en el gasto público. Esto es lo contrario a lo que preconiza su sacrosanta curva de Laffer, fallida con múltiples evidencias científicas, pero a la que el conseller está abonado. Me pregunto si ante su vehemente afirmación reconocerá que bajar impuestos no es, por tanto, una buena idea, ya que subiéndolos se recauda más y, por ende, Balears recoge más. O bien deberá revisar su programa económico; o reconocer que el modelo de financiación es mejor de lo que está dispuesto a admitir el conseller en el Parlament y en el CPFF. Lo seguiremos con sumo interés.