Tal día como hoy, hace 87 años, dos coches con hombres armados rompieron la paz de la calle Can Sales de Palma. Se detuvieron en la puerta de la prisión de mujeres y reclamaron la presencia de cinco de ellas. Sin juicio, sin legitimidad. Solo porque eran comunistas. Nadie sabe por qué eligieron la noche de Reyes. Solo sabemos que en aquella fría noche de 1937, mientras los niños más afortunados soñaban con sus regalos, fueron asesinadas de un tiro en la cabeza Aurora Picornell; Catalina Flaquer; las dos hijas de esta, Maria y Antònia Pasqual Flaquer, y Belarmina González. A las cuatro primeras las llamaban las Rojas del Molinar.
Picornell es, sin duda, el principal símbolo de la izquierda en Mallorca. Su familia sufrió el mayor exterminio de la guerra. Tenía solo 24 años cuando ella, su padre y dos de sus hermanos fueron eliminados. El profesor David Ginard ha publicado una biografía sobre ella en la que revela sus numerosos escritos en defensa de la mujer y los trabajadores. Fue una avanzada a su tiempo en muchos ámbitos, como la denuncia del caciquismo. Aurora fue también una de las primeras militantes comunistas de Mallorca y una admiradora de los «hermanos de la Unión Soviética». Su marido era nada menos que un agente de Stalin enviado a las Islas para organizar el PCE. Su nombre era Heriberto Quiñones y juntos tuvieron una hija a la que llamaron Octubrina Roja, en homenaje a la revolución bolchevique. Su marido se convertiría en 1936 en uno de los responsables de la represión en la Menorca republicana. Hasta la CNT y el PSOE denunciaron sus «bárbaros procedimientos». Franco lo fusiló en 1942. Sin embargo, a Aurora no se le conoce ninguna relación con la violencia. El único episodio es una pelea con comunistas disidentes durante un mitin. Cuentan que Aurora lanzó sillas desde el primer anfiteatro sin alcanzar a nadie. Tampoco participó en la revolución de octubre de 1934. Un año después fue encarcelada dos meses por repartir folletos subversivos.
El 18 de julio de 1936 podría haber salvado su vida si hubiera acompañado a dos de sus hermanos a la Olimpiada Popular de Barcelona. En lugar de eso, se quedó en la Casa del Pueblo de Palma y allí fue detenida por falangista. Sus restos fueron hallados en 2022 en el cementerio de Son Coletes de Manacor. Junto a ella encontraron su única arma: una pluma estilográfica.
Con el tiempo, el símbolo ha mezclado realidad y leyenda. Hay tres datos sobre su vida que nunca se han podido confirmar: que estaba embarazada cuando la asesinaron, que su última frase fue «¿cómo mataréis las ideas?» y que uno de los asesinos mostró orgulloso su sujetador en un bar del Molinar.
Octubrina Roja vivió durante la Dictadura en Costitx con el nombre de Francisca. Murió en 1969 con solo 35 años. Parece que tenía problemas de salud y sufrió un infarto al caer al suelo cuando intentaba subir a un autobús en el Molinar. Tenía dos hijas que todavía viven: Joana y Aurora. La memoria de Aurora se mantiene con una calle, una placa, un busto en el Molinar, un instituto de Educación Secundaria, dos biografías y un documental. Yo a veces la recuerdo al llegar a mi puesto de trabajo, la universidad CESAG, porque durante un tiempo vivió en la misma calle Costa de Saragossa de La Vileta.