Cuando mataron a Kennedy, del mundo exterior me quedaba casi todo por descubrir, y la llegada del primer hombre a la Luna me pilló durmiendo porque ya entonces me parecía que aquellas no eran horas para ir a ninguna parte y menos si no puedes volver en el día. El primer acontecimiento histórico del que tengo conciencia porque puedo recordar qué estaba haciendo en el momento en que me enteré fue el asesinato de Carrero Blanco. Luego vinieron algunos más. Así que recuerde y respetando el orden, el estreno de La guerra de las galaxias, el 12-1 a Malta y el 11-S. A todos ellos he quedado unido emocionalmente en diversas circunstancias. Del 12-1 a Malta, ya es casualidad, se cumplen años también estos días. El único gol de Malta y el tercero de España que marcó Santillana los vi a través de la cristalera de dos bares mientras regresaba a casa a todo correr a tiempo para ver toda la segunda parte.
Aquel mediodía de hace cincuenta años mi padre llegó del trabajo antes de hora con la noticia del atentado y lo primero que hizo fue poner la tele. Me acuerdo porque en las casas de hace cincuenta años la tele no estaba, como ahora, puesta todo el día. Por aquellas fechas ni siquiera se sabía que existe un tipo de gente que se atreve a hablar de todo y todavía no se habían inventado las tertulias matinales.
«Ojalá que vivas tiempos interesantes», reza un dicho inglés. Los ingleses, sin embargo, dicen que es una maldición china.