Iba a escribir sobre la gravísima bajada de pantalones de Sánchez, pero como todo el mundo lo sabe, voy a recordar mejor un tema local: el 51 % de los baleares votó en las últimas elecciones por la libertad de lengua en la Educación. Los partidos PP, Vox y Ciudadanos obtuvieron la mayoría absoluta de los sufragios con esta promesa en su programa electoral. No engañaron a nadie. El mandato del pueblo está claro y, si esto es una democracia, debería implementarse porque es constitucional y acorde a la ONU.
Los que se llenan la boca de avanzar en derechos niegan al pueblo balear la posibilidad de escolarizarse en la lengua materna si esta es la oficial del Estado. Hay que ser claros: el sindicato de profesores STEI, de ideología independentista, condiciona la educación balear cuando se opone frontalmente a la introducción de un mínimo de castellano en las aulas. El mandato democrático surgido de las urnas (sus amadas urnas) se la trae al pairo. Ellos dicen que no y es que no. Y amenazan con las huelgas, manifestaciones, lazos y pancartas que guardaron ocho años a pesar del estropicio de la LOMLOE. Ni siquiera se sientan un rato a negociar con un conseller que ya les ha dicho que es voluntario. Vamos, que hay que hacer esto, pero si no quieres, pues no se hace.
¿Reconocer este derecho hará que los padres se lancen en masa a elegir el castellano como primera lengua de lectoescritura? Ni mucho menos. Todo depende del contexto lingüístico de cada uno. El objetivo es siempre y, en cualquier caso, que conozcan ampliamente ambas lenguas oficiales. ¿Si realmente queréis que los territorios elijan libremente su futuro (como reivindicáis para Cataluña), por qué le negáis ese derecho a los individuos?
Ahora vienen con el fantasma de la segregación. Lo que faltaba: separatistas denunciando segregación. Vosotros sois muy jóvenes y no os acordáis, pero en los colegios se separa a los alumnos por multitud de razones, hasta para los que eligen estudiar Religión. Ya lo ha dicho el conseller de Educación: cada centro tiene autonomía para hacer lo que quiera y pueda. Si el problema es la falta de medios (como alegan otros sindicatos), no ocurrirá nada y los padres que quieran elegir deberán irse a otro centro. No sé por qué, pero me temo que el derecho solo se reconocerá en algunos colegios concertados, que son casualmente los más demandados.
Este es el mandato de las urnas. El pueblo votó libertad de lengua. Si no se implementa en estos cuatro años, animo a los partidos a retirarlo definitivamente de los programas electorales. En el apartado de Educación deberán poner: «Lo que la comunidad educativa quiera», es decir, lo que mande el sindicato independentista STEI, la FAPA entregada al PSIB/Més o la asamblea controlada por estos que surja al efecto. El ciudadano no tiene nada que decir aquí, faltaría más. Los padres no pueden decidir sobre la educación de sus hijos; para eso hay unas organizaciones profundamente politizadas que saben qué es lo mejor para nosotros. La educación balear está totalmente secuestrada por una minoría social.