La OTAN dice a Israel que tiene derecho a defenderse. La Unión Europea, Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido han expresado su «firme», «inquebrantable» y «unánime» apoyo a Israel. EE. UU. enviará dos portaaviones al Mediterráneo y Reino Unido otros dos barcos. Alemania apoyará a Israel con drones Heron y sopesa enviar munición y buques. Chequia aprueba por unanimidad cambiar su embajada a Jerusalén.
Alemania y Francia prohíben manifestaciones en apoyo a Palestina. Reino Unido advierte de que ondear la bandera palestina puede ser considerado delito. Biden miente sobre decapitaciones de niños. Katalina Georgieva, presidenta del FMI y portavoz del capitalismo, afirma con desparpajo que «los choques civiles han pasado a ser la nueva normalidad».
Benjamín Netanyahu advirtió de los «horrores que les aguardan» a los más de dos millones de gazatíes, y asegura que «no es momento de negociar», sino de una «guerra larga y dura», y que esto es «sólo el comienzo». Añade que «cada miembro de Hamás es hombre muerto» y que «dejamos de lado cualquier otra consideración». Su ministro de Defensa anuncia el «asedio y ofensiva total» a Gaza, empezando por el bloqueo del suministro de agua, comida, medicinas, electricidad y combustible porque «estamos luchando contra animales».
Ultranacionalistas judíos asaltan un hospital en busca de heridos de Hamás. El ministro de Sanidad de Israel pide no atender a heridos de Hamás en sus hospitales. El ultraderechista Gobierno israelí anuncia que impulsará la pena de muerte para «terroristas» palestinos y que expandirá los asentamientos en los territorios ocupados. Los desplazados dentro de la franja son más de 350.000, y los muertos palestinos, la mayoría civiles, ya superan a los israelíes.
Desde una esquinita, la ONU denuncia que los ataques masivos de Israel contra Gaza son un ilegítimo «castigo colectivo». Ha condenado todos los ataques contra civiles, ha pedido una tregua y sus expertos han solicitado a la comunidad internacional que «se aborden las causas profundas de la violencia», como son «la ocupación de 56 años y la anexión que persigue Israel».
Corren malos, muy malos tiempos, para la razón, el entendimiento y la paz.