Es mucho más probable que te parta un rayo que que te toque el Euromillón. Que toque el Euromillón, acertando con los cinco números de la combinación ganadora y las dos estrellas, es de una entre 139.838.160, leía en la web de La Bruixa d'Or. Mientras que la probabilidad de que te caiga un rayo es mucho mayor, aproximadamente una entre un millón.
Los datos nos ayudan a ponderar, a relativizar la importancia de las cosas. Todos tenemos la capacidad de poner diferentes hechos o ideas en una balanza y sacar conclusiones. Lo aplicamos cada día a todas horas. Salud, dinero y amor. Lo queremos todo, pero si hay que elegir lo tenemos claro: la salud es lo primero.
El 20,5 % de la población de Balears consume tabaco, una de cada cinco. Un 16 % padece obesidad. Hay un 7 % de la población de las Islas diabética, 77.525 pacientes. Hay muchos más con enfermedades mentales, alrededor de 185.000 personas han sido diagnosticadas de algún tipo de trastorno de salud mental. Y cada año se diagnostican cerca de 6.000 nuevos cánceres. En la lotería de la salud, los factores genéticos tienen una gran importancia, pero los malos hábitos dan más papeletas en el sorteo de que te toque algo malo.
Conocemos los riesgos pero, aunque se basan en criterios científicos, en muchas ocasiones no los tomamos en serio o directamente los ignoramos. En este ámbito entra el hecho de conducir habiendo tomado alcohol, o hacerlo por encima del límite de velocidad permitido. A mí no me pasará, pensamos todos.
Las consecuencias del cambio climático son ya irreversibles, advierten desde Naciones Unidas. Vemos en la tele el terremoto en Marruecos, incendios e inundaciones en numerosos puntos del planeta… y deseamos que aquí no pase, pero sabemos muy bien que los incendios, la sequía, las inundaciones y las tormentas con consecuencias devastadoras serán cada vez más frecuentes.
El Laboratori Interdisciplinari sobre el Canvi Climàtic (Lincc UIB) presentó el pasado año una lista de 70 medidas para reducir y mitigar el impacto del cambio climático en Balears. Proponía reducir las emisiones de los vuelos, generar cambios en los patrones de consumo, modificar el urbanismo y la construcción para reducir el consumo energético y el uso del transporte privado y diversificar la economía hacia actividades con menor huella ecológica. Sin embargo, es muy difícil asumir estos cambios si a la vez vivimos temporadas turísticas históricas año tras año. Mallorca goza de un prestigio como nunca antes había tenido y renunciar al statu quo no es para nada atractivo si para el resto del mundo la música del Titanic sigue sonando. Uno solo puede esperar que no nos parta un rayo y que, ateniendo a la esencia misma de la probabilidad, que lo peor que puede pasar no suceda.