Rubiales debe de ser el único que cree que lo hizo bien. El pico sin sentido y disentido más famoso de la historia del deporte. Partiendo de que solamente se equivocan los que hacen cosas y que errar es humano, no me cabe duda de que buena parte del vulgo hubiera perdonado semejante error de machirulo si el susodicho se hubiera disculpado correctamente, al estilo de lo que hizo el emérito cazando elefantes, por ejemplo. Pero el mayor de los pecados del jefe de la cosa del fútbol, ha sido rebozarse en su error cometido, sin duda, por la euforia descontrolada de un macho alfa en pleno éxtasis victorioso. Rubiales no solo se ha equivocado sino que además se ha mofado de quienes le han criticado, ha desafiado a todo quisqui y ha chuleado a los que no piensan como él. Pero sobre todo, sus disculpas han sido forzadas, a regañadientes y tratando a los demás como bobos, dándonos la razón con soberbia. Es una lástima llegar a hitos deportivos tan altos, y tan positivos para la igualdad de género en un terreno tan masculino como el balompié y cargárselos por un mal gesto y una pésima gestión de la polémica. Rubiales puede ser un muy buen gestor de la Federación de Fútbol, sus éxitos así lo avalan, pero no está capacitado para ocupar un cargo de tanta proyección social que debe de ser un ejemplo a seguir. Un mal pico que ahora necesita una pala.
Un mal pico
Antoni Martorell Reynés | Palma |