El edificio más emblemático de Ciutadella es la Casa Salort. Sus grandes arcos de inspiración italiana presiden el epicentro del Born durante las fiestas de Sant Joan. A su alrededor, se amontonan los jóvenes para acercarse a los caballos mientras IB3 no pierde detalle de lo que ocurre justo en ese punto. Lo que pocos saben es que esta casa fue una cárcel durante la Guerra Civil donde presos derechistas se hacinaban esperando la muerte. Era un mini Can Mir a la inversa. En este caso, eran los republicanos los que detenían y fusilaban sin juicio. La familia Salort perdió así tres hijos.
El apellido Salort pertenece a la nobleza menorquina. Su origen se remonta a la conquista cristiana de la isla y el cabeza de familia en 1936, Lorenzo Salort, era uno de los terratenientes más importantes de Ciutadella. Estaba casado con la hija del conde de Torre Saura, Carolina de Olives, y tenían nueve hijos. Cuando Menorca quedó bajo control republicano, Lorenzo fue encarcelado acusado de conspiración. Su casa del Born fue convertida en cárcel y sus cinco hijos varones perseguidos. El mayor, Tomás, era diputado de la CEDA y fue ejecutado en Madrid al inicio de la guerra. Poco después fueron asesinados en Menorca dos más: Gabriel, teniente de Artillería, y Luis, estudiante.
Los dos que quedaban se salvaron de milagro. Carlos Salort era estudiante en Madrid cuando fue detenido y encarcelado en una checa. Compartió celda con el padre del cantante Julio Iglesias y tuvo suerte al final de la guerra porque lo canjearon por un republicano. El hijo más pequeño, José María, de 15 años, estaba en Menorca y se escondió un año en una cueva porque sabía que también lo querían eliminar. Habían ido a buscarle la misma noche que mataron a su hermano Luis.
Mientras, en el patio de la Casa Salort, unos 70 presos, entre sacerdotes, derechistas y militares sospechosos, se hacinaban esperando un negro destino. A veces sufrían simulacros de fusilamiento para obligarles a confesar. La madrugada del 14 de agosto la macabra burla se convirtió en real. Sacaron a cinco y los asesinaron en las afueras de Ciutadella. Entre ellos estaba el diputado republicano Teodoro Canet. La asociación Menorca Historia y Concordia les hará un homenaje el próximo día 14.
La Navidad de 1939, la familia Salort dejó tres sillas vacías. El actual conde de Torre Saura, Carlos Salort Sintes, recuerda cómo su padre «llevó con tristeza el peso de perder tres hermanos, pero apenas hablaba del tema». «Mi tío Gabriel sigue sin identificar en una fosa común de un panteón en el cementerio de es Castell», explica. Carlos forma parte de Menorca Historia y Concordia, que agrupa sobre todo a descendientes de víctimas de la represión republicana. Su hijo, Carlos Salort Pons, acaba de ser nombrado caixer senyor y presidirá las próximas fiestas de Sant Joan.
Hoy la Casa Salort es un museo y nada hace pensar que fue una cárcel. En cambio, en la antigua ubicación de Can Mir, la improvisada cárcel de los franquistas donde hoy está el cine Augusta de Palma, hay una placa desde 2010 que explica que aquello «se convirtió en prisión» y «parte de los presos fueron asesinados por grupos falangistas».