Decíamos hace días de la soberana voluntad popular, que cuando al fin se manifiesta suele hacerlo de un modo tan indescifrable y brumoso como el oráculo de Delfos, o las profecías de Nostradamus, y en conjunto se parece mucho a un cuadro abstracto de Klee, todo lleno de cuadraditos, rayitas y puntitos. Esto se debe a que no existe tal voluntad, sino muchas, y por tanto nadie la entiende. Salvo Tezanos, decíamos. Y mira por dónde resulta que este tan ridiculizado señor tenía razón, o dicho de manera demoscópica, acertó más que todo el resto de sociólogos y analistas, y por tanto, el PP no va a derogar nada, y el invencible candidato Feijóo debe estar ya haciendo las maletas para regresar a Galicia antes de que le aniquile el fuego amigo.
Qué enorme desperdicio de euforia derechista, que llevan todo el año celebrando anticipadamente grandes victorias en las encuestas. Cierto que los resultados se parecen mucho a los bloqueos parlamentarios de siempre (la voluntad popular siempre suele bloquear mucho, imposibilitando implementar la voluntad popular), pero para eso están los denostados Gobiernos Frankenstein. Y si algo dejó claro el escrutinio electoral, es que Frankenstein, como ya sabían Mary Shelly y quizá el señor Tezanos, no es nada fácil de matar. No se puede acabar con él así como así. ¿Porque ya está muerto? Bueno, eso sería una explicación. Yo prefiero pensar que, a diferencia de la mayoría de elecciones en las que todos ganan, el domingo perdieron todos. El PP, ganando, quedó lejísimos de sus expectativas y seguirá sin poder gobernar, que es algo que les vuelve locos de rabia. Les parece antinatural, un expolio.
El sanchismo resiste, cómo no, pero daba pena verles celebrar con tamaño alborozo una derrota. Sumar suma menos de lo que sumó la extinta Podemos, y casi todos los socios nacionalistas del Gobierno anterior han perdido bastante terreno. Hasta Vox perdió muchos escaños, y en cuanto ha tocado poder ya empieza a no ser lo que era. Un fracaso global, al que no hay nada que oponer pues se trata de la voluntad popular. Que sí, que es así de enigmática. Con reiterar que acertó Tezanos, está todo dicho. Y lo que falta lo añado yo ahora. Antes de que logremos un nuevo Gobierno, las derechas ya lo habrán calificado de inconstitucional, ilegal y felón.