La antología de los textos de Balears es una obra del catedrático de la UIB Joan Miralles. En estos libros encontramos escritos fascinantes de nuestra historia desde los tiempos de la conquista del Rei en Jaume. Entre los documentos que ha seleccionado Miralles aparece en el último volumen una conferencia que el escritor Joan Rosselló de Son Fortesa dictó en 1903 por encargo del Ajuntament de Palma. Se ve que hace un siglo se podía distinguir a los mallorquines según fueran del Pla o de la Serra. Los primeros eran, por lo general, grandes, robustos y morenos de piel. No podían pasar sin devorar de continuo carne de cerdo, eran bulliciosos y dados a las reacciones primarias, sanguinarias incluso. Eran cualidades adecuadas para jornadas duras y pesadas.
Los habitantes de las montañas, por el contrario, eran pálidos, con el pa amb oli como alimento principal. Su complexión era ligera porque sus trabajos eran poco esforzados, y se inclinaban por la intriga para resolver las diferencias. Sin duda, los 700 años de aislamiento forjaron cuerpos y espíritus en función del medio. Todo esto es lo que quiere describir Joan Rosselló, y algo así es lo que descubrió Darwin en la evolución de las especies. Pero, ¿se mantienen estos fenotipos hoy en día? Ultima Hora publica los domingos la sección Fora Vila donde aparecen los mallorquines que aún trabajan en el campo. Pues sí, la gente del Pla posee unos rasgos físicos que responden, por lo general, al patrón de Joan Rosselló. El caso de los payases de montaña es diferente: ahora toman más el sol y comen algo más que pa amb oli.