Según se desprende del gigantesco cartel que ha plantado en el chaflán de intersección entre las madrileñas calles de Goya y Alcalá, Vox tiraría a la basura a millones de españoles, y anuncia que, a poco que pueda, lo hará. Una mano con pulserita bicolor en la muñeca arroja a una papelera, a la basura, los símbolos que representan a aquellos españoles que ‘sobran': feministas, homosexuales, concienciados del deterioro del planeta que esperan de la Agenda 2030 que en algo lo frene, independentistas catalanes... Millones, en fin, a la basura.
El maestro Julio Camba, que lo fue del columnismo y del humor, publicó ‘Millones al horno', una antología de sus artículos gastronómicos. Éstos de Vox, que carecen de sentido del humor absolutamente, tampoco parecen andar muy duchos en el arte del buen yantar y se inclinan más bien, políticamente hablando, por el canibalismo, por la antropofagia, pues no parece sino que quisieran tragarse, devorar, a cuantos no son como ellos.
En el ominoso cartelón, Vox anuncia sus intenciones, que, como digo, a poco pueda, materializaría. Pues bien; ese ‘a poco que pueda' depende del Partido Popular de Feijóo, que es el que le está abriendo de par en par las instituciones para que pueda. En Valencia, el PP concedió a Vox todo lo necesario para poder, hasta el relato negacionista de la violencia contra las mujeres, de suerte que voces resueltas, sensatas y dignas en su seno, como la de María Guardiola en Extremadura, no parece que, de cara a las generales, vayan a ser más oídas en Génova que las que claman en el desierto.
Feministas, homosexuales. ecologistas, indepes catalanes, todos a la basura, arrojados por la mano de Vox. Aterra pensar qué haría con una muchacha catalana, lesbiana, partidaria de la independencia y de la Agenda 2030 que dictó la ONU. ¡Madre mía! A esa no la salvaría ni el Tato. Pero el cartel sigue ahí, en el chaflán entre Alcalá y Goya, e incluso puede que algún transeúnte lo celebre. O muchos transeúntes. Eso no se puede evitar, pero lo que sí puede evitar el PP es que Vox empiece a llenar la papelera.