Continúa la interminable campaña electoral para las elecciones del 28-M, unos comicios que tengo la impresión que se están planteando a modo de referéndum con respecto al Gobierno, y de manera muy especial a su presidente, Pedro Sánchez. Lo que los ciudadanos deciden dentro de ya menos de dos semanas es quien les gobernará en sus respectivos ayuntamientos, consells, cabildos o comunidades autónomas; una cuestión que se olvida de manera deliberada. En nuestro caso, lo central es qué ofrecen Francina Armengol o Marga Prohens, José Hila o Jaime Martínez, Catalina Cladera o Llorenç Galmés. Añadan sus principales candidatos municipales de la localidad. El resto, y que me disculpen los afectados, saben que serán socios o aliados en la inmensa mayoría de los casos.
Estas elecciones están más contaminadas que nunca por la política nacional, una estrategia lanzada desde el Palacio de la Moncloa con el claro objetivo de tratar de anular a Alberto Núñez Feijóo, el líder nacional del PP, de cara a los comicios generales que tendrán que convocarse en pocos meses. Recuerden que no hace mucho la mayoría de los barones socialistas temían la presencia de Sánchez en sus respectivos feudos, consideraban que le restaba votos. Ahora se pasea triunfal por calles y plazas adelantando acuerdos del Consejo de Ministros, repartiendo ayudas y prometiendo lo que no podrá cumplir.
En apenas dos semanas sabremos si esta estrategia electoral de los socialistas ha sido eficaz o no, si la ciudadanía se ha tragado esta forma de entender unas elecciones; desvirtuando su función. Admito que los medios de comunicación ayudan poco en evidenciar toda esta tramoya que no tiene otra explicación que tratar de apabullar al votante. Insisto, el 28-M no es un plebiscito sobre Pedro Sánchez ni el Gobierno, por mucho que los resultados marcarán el final de la legislatura nacional.
El pronóstico del CIS sobre los resultados de los comicios del 28-M dejan clara la intención del organismo que dirige Félix Tezanos en favor del PSOE, al que vuelve a señalar como vencedor en Balears. No es preciso recordar los dolorosos fracasos de este organismo en diferentes confrontaciones electorales previas, pero acertar en Balears con menos de medio centenar de encuestas es un milagro.
La filfa de Escrivá
No hay peor modo de que un político se presente ante los ciudadanos que mintiendo, y además con descaro. Esto es lo que hizo el otro día en el Congreso el titular del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migración, José Luis Escrivá Belmonte, el cual tuvo la desfachatez de asegurar que no hay problemas en la atención al público en la Seguridad Social. Este señor vive en la inopia, es un inútil de tomo y lomo. Un desvergonzado. Nada sabe de las demoras en la tramitación de prestaciones, imposibilidad de concertar una cita o el bloqueo sistemático del sistema informático o la comunicación telefónica. En justa respuesta, lo trabajadores del INSS anuncian paros y huelgas por la falta de personal y medios. La protesta se suma a la que ya lleva meses en marcha en el sistema judicial español. ¿Seguimos mirando hacia otro lado?