Se me hace muy difícil escribir estas palabras porque la pena siempre te invade cuando pierdes a alguien querido y Pedro, sin duda, lo era para todos los que le conocíamos. Pedro era buena persona, ayudaba siempre a todos aquellos que se lo pedían, pero tenía otra enorme virtud: ayudaba a crecer y a ser mejores a quienes le rodeaban. Eso le daba un tipo de liderazgo especial, el que sólo consiguen los grandes de verdad. Pedro no necesitaba figurar, él se conformaba con saber que había ayudado, nunca pedía que apareciese su nombre; su satisfacción era personal, para él y para los que sabíamos cuánto nos había ayudado. Personas así no abundan. Ha ayudado a la Asociación Española Contra el Cáncer en numerosas iniciativas, como el tercer Congreso de Personas con Cáncer que celebramos en Inca, su casa y en el que contamos con su valioso testimonio y apoyo. Nuestra gratitud eterna Pedro en nombre de los pacientes y sus familias, por tanto.
Pero además, Pedro te ayudaba también cuando nadie te conocía, en todo lo que podía… Voy a explicar dos anécdotas para que os hagáis una idea. Yo le conocí hace ahora 9 años, recién iniciado el programa de cribado de cáncer de colon, pero necesitábamos fondos para financiar los proyectos de investigación asociados y Pedro fue el primer empresario de Inca a quien visité para pedir ayuda, que nos la dio y con ello pudimos empezar con la investigación en el Hospital de Inca. Años después, un día charlando me dijo «no entendí del todo lo que me explicabas, pero enseguida vi que eras honesto en lo que proponías». Creo que eso define bien cómo era, valoraba la bondad en los demás. Y sin su ayuda en ese preciso momento no hubiésemos llegado dónde estamos en investigación y cobertura del programa de cribado de cáncer de colon.
Y la siguiente anécdota es más reciente, acababa de empezar la pandemia y nos faltaba de todo en los hospitales. Le pedí ayuda para conseguir batas impermeables y su respuesta fue «Yo no las tengo, pero sé quién te las podría hacer»», y enseguida nos puso en contacto con Confecciones Egea que nos las hizo durante los meses más duros de la pandemia. Si él no podía directamente, hacía todo lo posible.
Así podría seguir relatando infinitos ejemplos.
Pedro era grande porque era bueno y porque te ayudaba a ti a ser mejor. Era siempre el origen de círculos virtuosos que traían cosas positivas a la sociedad. Mil gracias Pedro. Has sido un gran ejemplo a seguir y una inspiración para muchos. Intentaremos entre todos llenar el hueco que has dejado.Te echaremos de menos.