Se habla mucho de inteligencia artificial, probablemente demasiado, así como de grandes cerebros cibernéticos y programas informáticos capaces de responder cualquier pregunta, ganar al campeón del mundo de Go y escribir en pocos segundos textos creativos a solicitud del demandante. La gente se queda estupefacta ante semejante alarde mecánico. Parece que la IA avanza como una locomotora decimonónica a punto de arrollarnos; según numerosas pelis y novelas de robots y androides, ya nos arrolló hace tiempo. Y sin embargo, siendo el humor el signo y la característica más evidente de la inteligencia, aún no hay noticias de máquinas sarcásticas, muy mordaces y guasonas, ni de una IA irónica o satírica. Esos programas inteligentes siguen tan carentes de sentido del humor como un fallo judicial o los viejos robots de toda la vida, incapaces de entender un chiste. Para mí que una inteligencia tan seria, sea o no artificial, ni es inteligencia ni es nada. Sabemos que estos artefactos cibernéticos avanzados, que ganan al ajedrez (o al Go) a cualquier humano, además de disponer en su memoria de millones de partidas y jugar consigo mismos muchas veces por segundo, son capaces de aprender a aprender, y a establecer nuevas relaciones sorprendentes, lo que incluso les dota de personalidad propia, carácter y no sé si temperamento. Pero humor no, no son nada divertidos, todo se lo toman al pie de la letra, es decir, a la tremenda.
Como portavoces políticos en la oposición. Ignoro si se ha probado a introducir en sus bases de datos toda la literatura cómica y burlesca escrita en el mundo, y todos los chistes y las bromas, además de las comedias y películas de risa, a fin de que vayan aprendiendo. Si no se ha hecho es un fallo imperdonable en la búsqueda de inteligencia artificial, y si se ha intentado es obvio que no funcionó. No salta la chispa. Me muero de ganas de ver una máquina sarcástica y hasta que la vea no creeré en su inteligencia. ¿Nos partiríamos de risa? ¿No nos reiríamos nada? ¿Cómo saber cuándo estaba siendo irónica y mofándose de todos? ¿Y qué satirizaría si satirizase? Mira que si ya hay máquinas sarcásticas y no nos hemos enterado.