Un amigo mío tiene una casa en Palma que lleva alquilando durante algunos años. En ella invirtió mucho dinero y la reformó para sacar un rendimiento con el objetivo de complementar su sueldo. Se endeudó, amplió la hipoteca de su vivienda habitual, hizo obras durante meses y finalmente la alquiló. Desde entonces, me cuenta, ha tenido inquilinos buenos, que han pagado el dinero de forma regular, y otros bastante informales, que no solo no pagaban, sino que le obligaron a hacer nuevas reformas en la vivienda al dejarla en mal estado. En algunos casos hasta le dejaron a deber varias mensualidades. Nunca se ha planteado presentar denuncias porque cree que no es la solución. Me contaba que tuvo que comprar una nueva televisión porque el inquilino se dedicaba a quemarla con un cigarrillo sin saber muy bien el motivo. Desde hace unos años tiene una persona mayor que recientemente le pidió bajar el alquiler, ya de por sí bastante asequible, para no verse obligado a marcharse a vivir con unos hijos. Sin saberlo se convirtió en una ONG porque hubiese podido alquilar la vivienda por mucho más dinero, sobre todo tal y como está el mercado de alquileres en la ciudad. Tras la rebaja del precio del alquiler, el inquilino ha dejado de pagar y ya le adeuda varias mensualidades. Cada mes debe llamar para reclamar el dinero del alquiler, que ni siquiera cubre el incremento de la deuda que tuvo que ampliar para poder hacer la reforma del inmueble.
Después de tener tantos problemas, ha decidido que cuando se marche el actual inquilino mantendrá cerrada la casa. No se le considerará gran tenedor o especulador porque aparte de su vivienda solo tiene este inmueble, que heredó hace bastantes años. Una vez que el inquilino se marche, verá el estado de la casa, la pondrá al día aunque tenga que hipotecarse un poco más y la venderá. No quiere más problemas ni tratar con inquilinos. Dice que no le compensa por el poco dinero que saca al mes por la vivienda, un ingreso que tampoco es neto porque debe declararlo a Hacienda.
Lamentablemente, tampoco se fía de ninguna propuesta para reactivar los alquileres que hagan los políticos actuales. Solo quiere cerrar y luego vender la casa. Lo que más rabia le da es que los políticos traten a los propietarios de viviendas casi como delincuentes o especuladores cuando realmente son ellos los que ponen en juego su patrimonio. Igual este ejemplo sirve para abrir los ojos a aquellos gobiernos, sea del color que sea, para analizar el problema del alquiler desde otro punto de vista, posiblemente muy importante para reactivar el mercado, pero en las actuales circunstancias no resulta fácil alquilar una casa, pero tampoco ser propietario. Reflexionen y actúen. Si es que saben.