Si algo ha quedado claro, tras la invasión de Ucrania por orden de Putin, es la fragilidad europea frente a cualquier agresión exterior. En la Pascua Militar, celebrada el día de Reyes con todos los mandos castrenses escuchando el mensaje de Felipe VI, se ha vuelto a oír, tanto en el discurso del jefe del Estado como en el de la ministra de Defensa, la necesidad de incrementar el gasto militar. En el actual contexto, y cuando se ha demostrado que sólo la solidaridad internacional puede salvar a Ucrania del ansia expansionista del Kremlin y su empeño en recuperar las antiguas fronteras de la URSS, la UE no puede seguir mirando para otro lado cuando su aportación a la OTAN, en el caso de algunos países, es poco menos que simbólica. Tiene razón el Rey cuando defiende que «el reto es adquirir los medios y dotar a las unidades militares con lo necesario para logrará una Fuerza Conjunta aún más moderna, eficaz, viable y sostenible a medio y largo plazo».
Por su parte, la responsable de Defensa, Margarita Robles, que no goza de las simpatías de Unidas Podemos, ha hecho un relato de las atrocidades que está padeciendo el pueblo de Ucrania y ha asegurado que no va a flaquear el apoyo español: «No les vamos a dejar solos. Su sufrimiento es el nuestro». La reacción de Echenique, el portavoz de UP en el Congreso, no se ha hecho esperar. No había acabado la recepción en el Palacio Real, cuando ha acusado a Felipe VI de querer gastar más dinero público en bombas y en armas.
Ni una palabra del padecer de los que están siendo bombardeados con los misiles rusos ni como ayudarles frente a una agresión anexionista. Tampoco ha explicado el dirigente de Podemos su alternativa para proteger las democracias occidentales en caso de que Putin lograra invadir un país en las puertas de Europa. Pero lo que de verdad busca Echenique es que, en un año electoral en el que las predicciones les colocan en mal lugar, su oposición a la monarquía les sirva como argumento para atraer el voto.