Como han sido seguidos los días de fiesta aún resuenan los ecos del discurso del Rey y también las reacciones que ha venido suscitando. Iré por partes, en mi opinión este ha sido el mejor discurso de don Felipe junto al de aquel 3 de octubre cuando los independentistas catalanes quisieron acabar con nuestro sistema constitucional.
En cuanto a las reacciones pues la verdad es que sin novedad en el frente. Desde el gobierno una aprobación formal, desde el PP una valoración positiva y el resto... bueno pues como decía lo de siempre.
Decir, como han dicho algunos dirigentes políticos desde la extrema izquierda y el independentismo, que el Rey no tiene legitimidad es negar legitimidad a nuestra Constitución. Sí, ya sabemos que Podemos y los partidos independentistas y nacionalistas quieren acabar con nuestro actual sistema constitucional, pero les guste o no la Constitución fue aprobada por abrumadora mayoría de los ciudadanos españoles, incluidos los de las comunidades autónomas donde ahora mandan los independentistas. Así que les guste o no la nuestra es una monarquía constitucional.
En segundo lugar las descalificaciones al discurso del Rey son tan burdas unas, zafias otras, inconsistentes las de más allá que en realidad no son novedosas sino cansinas. Es más, yo creo que lejos de perjudicar al Rey provocan la reacción contraria y es que una inmensa mayoría de ciudadanos aprecie aún más el contenido del discurso de don Felipe.
Pero volviendo al contenido del discurso es un ejemplo de cómo decir todo pero de forma tan inteligente como contenida. No, no es fácil en estos momentos defender la Constitución, la Transición, la unidad de España. Pero don Felipe lo ha hecho con sutileza e inteligencia.
Me parece a mí que en vista de quiénes son y cómo se las gastan los que hoy, aquí y ahora gritan y defienden un sistema republicano, don Felipe debe estar tranquilo. Hay Monarquía para rato.