Después de que en este Mundial hayamos visto a Neymar lloriquear camino del vestuario, a Cristiano Ronaldo empezar los partidos en el banquillo y a Messi comportarse como un mamarracho, me parece que podremos darnos con un canto en los dientes si en los cuatro días que faltan para la final no se nos muere Pelé. Porque lo que es hace tres o cuatro semanas, cuando todos los periódicos del mundo publicaron que estaba ingresado en un hospital de Sao Paulo, quien más quien menos llegó a temerse que igual ni siquiera pasaba de la fase de grupos. Luego resultó que quien realmente no pasó fue Alemania.
Lo mejor de las antiguas leyendas es que ya no pueden decepcionarte. Y Pelé es sin duda una de las últimas que nos quedan. La más importante, quizás, desde que hace unos años Muhammad Alí escuchó la cuenta final. Todas se han ido apagando a medida que pasaban los años como lo han hecho también las estrellas del viejo Hollywood de Cinemascope. Olivia de Havilland, Kirk Douglas... Después de que el pasado octubre lo hiciera Angela Lansbury (que últimamente no pasaba de ser la insufrible señora Fletcher de la tele, sí, pero que antes fue también Ana de Austria en Los tres mosqueteros mano a mano con Gene Kelly, Lana Turner y Vincent Price), me pregunto quién más nos queda. Como me pregunto también quién nos quedará después de Pelé y no puedo evitar pensar en Alemania cayendo también ante Japón y en Beckenbauer frisando ya los ochenta.