Pocos Prohens de esta tierra he tenido el gusto de conocer. Recuerdo especialmente a Josep Prohens, felanitxer distinguido, compositor y presidente que fue de la Real Academia de Bellas Artes, con sede en Palma, personaje dado a alcanzar baronías, pero no de la política sino de la música, que, aunque tomado por Euterpe, no se dedicó a la flauta sino al clarinete.
Estas letras que siguen no van dedicadas al músico felanitxer, sino a la política Marga Prohens, hija de Campos y que poco tiene que ver con Euterpe. Llevo tiempo observando su capacidad de liderazgo. Lejos de la mentalidad de los felanitxers, no pocos dados al toreo y las banderillas, nuestra Prohens, haciendo honor al talante conservador de sus ancestros campaners, no parece dada a las banderillas. Y en esto hace honor a su tierra, que aguantó el lanzarse al ruedo, en 1822, de un par de iluminados, como su clérigo Francesc Sastre, armando a la población y levantando barricadas frente al orden progresista establecido. Campos no estaba para contubernios ni levantamientos, sino más bien para el paciente cultivo de su tierra y ganadería, así como la promoción de empresas dedicadas a su desarrollo, como su Caixa Rural y el Banc del Progrès Agrícola.
Desconozco dónde comenzó la educación nuestra baronesa conservadora, pero sabemos que desde joven decidió abrir ventanas y cruzar mares, de ahí que a principios de siglo ya la veamos licenciarse en Traducción e Interpretación por la Universidad Pompeu Fabra, así como especializarse, poco después, en traducción jurídica y jurada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, al tiempo que alcanzar un máster en dirección de Comunicación y Relaciones públicas por la EAE Business School de la universidad de Barcelona.
Todo cuanto exponemos evidencia que la Marga juvenil no fue una niña alocada y aventurera que pretende dejar su tierra para simplemente olvidarse del quehacer cotidiano de sus ancestros. Todo lo contrario, es una muchacha organizada y paciente que sabe a dónde va.
A partir del 2005 la veremos adscrita a las Nuevas Generaciones del PP y en el 2011, con apenas 29 años, ser elegida diputada del Parlamento balear. Ha sabido moverse, pero con afán y paciencia. Esta es hoy, a sus cuarenta años, la líder del Partido Popular de las Islas Baleares. ¿Extraño? Yo diría que no. Más bien coherente, algo derivado de una mujer que sabe a dónde va y qué instrumentos utilizar para alcanzar la meta.
Tuve la suerte, días pasados, durante la Conferencia del PP en Palma, de descubrir el moverse de la baronesa. Junto a su secretaria general, Sandra Fernández, mi querida alumna de hace años, montó minuciosamente el evento, su contenido y su escenario. Tenían que acercarse a sus militantes y hablar de lo que hoy cabe hablar, acompañadas de la excepcional Cuca Gamarra y del expectante presidente Alberto Núñez Feijóo. Dieron en el clavo. Dejaron más que satisfecha a la concurrencia. Vieron a su partido unido e ilusionado. No habían descuidado clave alguna de la organización. Cada palabra, cada minuto, y cada paso, aparecían controlados.
¿Qué será de nuestra baronesa?. No lo sabemos, pero dispone de encanto personal y de los medios necesarios para alcanzar y mantenerse en el poder, sin vocación de princesa, pero sí de líder valiente y organizada, al servicio de la sociedad de su tiempo.