Ay de aquel que…!», avisó Pablo Iglesias con grave semblante y sin contemplaciones, refiriéndose a la libertad que Yolanda Díaz se está tomando en relación a crear un nuevo partido político. Me molestó mucho ese «¡Ay de aquel!» que puso en evidencia el talante totalitario que la extrema izquierda nos esconde desde su aparición y del que acusa continuamente a los del otro bando, pero lo que más me molestó fue ver que ningún demócrata de los que se auto proclaman progresistas se quejase de la amenaza que me recordó a Chávez, a Castro y a sus herederos en el poder. Lo que está claro es que si Podemos gobernase, sería un peligro para la democracia y que los de izquierdas, entre ellos, se permiten cualquier violencia verbal, porque si la amenaza hubiese sido hecha por un político de cualquier partido de centro o derechas, enseguida hubiese sido tildado de fascista. Se me hace insoportable tanta falta de equidad en las críticas, tanto extremismo y falta de humildad. Otro tanto podemos decir de la zarina comunista -que ya viste de marca y vive en un palacete- que promulga leyes que consiguen lo contrario a su pretensión primera. Pero ella no pide disculpas por su error ni nada parecido. Al contrario, acusa a los jueces de su error y propone adoctrinarlos. Me recuerda a Ana Gabriel, aquella política catalana que proponía que los niños fuesen adoctrinados en escuelas del estado y no por sus padres. Y Echenique, en su sitio de claca oficial de sus jefes comunistas, le aplaude y no pide la dimisión de nadie a pesar de saber que se esté dejando en libertad a personas que deberían de estar en la cárcel; él, que tan fácil lo tiene a la hora de acusar, pedir dimisiones ajenas y exigir una perfección de la que su nueva ley se mofa, ahora está mudo. Y Sánchez, el presidente político-dependiente suelta, en un despiste que da grima, que la equivocada ley está bien planteada y que los del PP, al ser chantajeados por VOX, le critican -acusa a los demás de lo que él está consintiendo, es una vieja técnica que sabe usar a la perfección-. Lo que está claro es que Sánchez va a llegar al final de la legislatura porque para ese fin y no para España, lo tiene todo en manos de los comunista y de quien sea… Todo le vale…
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