El filósofo y escritor bilbaíno Miguel de Unamuno (1864-1936), rector de la Universidad de Salamanca, en cierta ocasión, con ironía y sarcasmo, escribió acerca de alguien: «Lo sabe todo, absolutamente todo. Figúrense lo tonto que será».
Quien cree saberlo todo es un necio. Todos somos, en muchas facetas, ignorantes y limitados. Quien piensa saberlo todo es un insensato de mucho cuidado.
Reconocer humildemente nuestra ignorancia, en muchos aspectos de la vida, es señal de sabiduría.
Quien piensa saberlo todo, absolutamente todo, hace el ridículo más espantoso y es objeto de burla.
Quien piensa saberlo todo, absolutamente todo, es un impresentable majadero.
Quien piensa saberlo todo, absolutamente todo, no sirve para nada y cae en el más profundo descrédito.